Nereyda Barceló Fundora
Sin
lugar a dudas, la esperanza es un potente movilizador del espíritu. Le
provee una razón, una posibilidad de algo por que luchar.
Nosotros los seres humanos vivimos gracias a la esperanza:
La
esperanza de un nuevo día, la esperanza de un futuro mejor, la
esperanza de un matrimonio feliz, la esperanza de la llegada de un hijo,
o un nieto,
que
continúen nuestro camino, la esperanza de poder ayudar y ser útiles
para con nuestros semejantes; la esperanza de un mañana feliz.
Si
el ser humano no tuviera esperanza, su vida carecería de motivación,
carecería de futuro. Y una vida sin motivación y sin futuro…no merece la
pena de ser vivida.
Démosle siempre lugar a la esperanza…Démosle un lugar de privilegio en nuestras vidas.
La esperanza es una hermosa respuesta a muchos interrogantes.
La esperanza sólo pide que creas en ella.
La esperanza es mantener en alto el ánimo hasta que la ayuda llegue.
Cada
vez que un día no resulta tal como lo planeamos, la esperanza está allí
como una reconfortante guía que ayuda a comprender.
La esperanza es un lugar callado y personal donde siempre puedes encontrar refugio.
La esperanza es la cálida y bienvenida convicción de que las posibilidades maravillosas existen.
La esperanza es todas esas fantásticas cosas y basta saber que cuando lo único que nos queda es la esperanza
Todavía es mucho lo que tenemos.