domingo, 2 de octubre de 2016

Desarrolla tu fuerza interior



Artículo publicado en la revista CuerpoMente nº 228“Había una vez un
pequeño león que se perdió en la sabana. Los cazadores habían matado a
su madre. Vagando, se encontró con un rebaño de ovejas. Al ser muy
joven las ovejas no se inquietaron de ver un león entre ellas y el
leoncito se sintió acogido y permaneció en el rebaño. Comía hierba con
ellas e intentaba balar con su voz, que se hacía más y más fuerte con
el paso del tiempo.
Un día, un león adulto miraba el paisaje desde un promontorio. Al ver
el rebaño de ovejas observó algo extraño. ¿Qué hace un león en medio
de un rebaño de ovejas? Se dijo. Intrigado, se acercó al rebaño. Las
ovejas salieron corriendo, pero el leoncito no se asustó. Entonces el
león adulto le pregunto al joven león qué hacía allí. Este le dijo,
“es normal que esté con las ovejas, soy una oveja”. Oyéndolo, el león
le cogió por el pescuezo y le llevo al rio. Allí el leoncito descubrió
al mirarse en el reflejo del agua que era un león. “Y tú, ¿qué eres,
oveja o león ?
Cada persona tiene una naturaleza interior que le es propia. Cuando el
mundo interno y el mundo exterior van a la par, la persona se siente
en plenitud y fuerza. Se dice de ella que emana fuerza interna.
No es mejor ser león que ser oveja, lo importante es ser aquel que se
es. En realidad, toda persona posee aspectos de oveja y de león. Por
eso, es importante que cuando necesitamos de nuestro aspecto “león”,
este no esté dormido creyendo que es una oveja.

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