Por Nereyda Barceló Fundora
Cuando
la mayor parte de las personas en nuestra sociedad, se preocupan por la
pérdida de algunos valores, cuando sobre todo madres y padres, y toda
la familia buscan vías para estimular a los niños y jóvenes a que
centren su vida en la fortaleza de los valores humanos, hacemos una
pausa en nuestra faena, para enumera r lo que debemos enseñar a nuestros
hijos:
Que aprendan que lo más valioso no es lo que tienen en sus vidas, sino a quien tienen en sus vidas.
Que aprendan que no es bueno compararse con los demás porque siempre habrá alguien mejor o peor que ellos.
Que aprendan que no pueden hacer que alguien los ame, lo que pueden hacer es dejarse amar.
Que aprendan que "rico" no es el que más dinero tiene, sino el que menos necesita.
Que aprendan que deben controlar sus actitudes o sus actitudes los controlarán.
Que aprendan que hay gente que los quiere mucho, pero que simplemente no saben cómo demostrarlo.
Que aprendan que los grandes sueños no requieren de grandes alas sino de un tren de aterrizaje para lograrlos.
Que aprendan que no siempre es suficiente ser perdonados por otros, algunas veces deben perdonarse a sí mismos.
Que aprendan que la felicidad no es cuestión de suerte sino producto de decisiones.
Que aprendan que dos personas pueden mirar una misma cosa y ver algo totalmente diferente.
Que
aprendan que, al retener a la fuerza a las personas que aman, las
alejan más rápidamente de ellos y, al dejarlas ir, las tienen para
siempre a su lado.
Que aprendan que amar y querer no son sinónimos sino antónimos: el quererlo exige todo, el amar lo entrega todo.
Que aprendan que toma años construir la confianza y sólo segundos destruirla.
Y que aprendan a reconocer el valor de la familia, a respetar, admirar y demostrar
a las personas con quienes conviven, y que les agradezcan siempre los esfuerzos, sacrificios y el amor que les brindan
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