sábado, 3 de agosto de 2013

EL EGOÍSMO NO CONSTRUYE, DESTRUYE

Hablar del egoísmo es hablar de un vicio que no puede construir una comunidad humana, sino al contrario, destruirla. Muchas sociedades se han venido abajo por el egoísmo de muchos hombres, que no se han dado cuenta de que el ser humano, al vivir en una comunidad humana, tiene la obligación moral de ser solidario con estos hermanos con quienes comparte día a día la existencia en la sociedad.
El hombre, desde su nacimiento, está obligado a vivir en la sociedad porque va a formar parte de una comunidad humana, y eso debe hacer que, por obligación social y moral, abandone unos vicios que perjudican grandemente en las relaciones con los demás y lo perjudican a uno mismo porque nos encadenamos espiritualmente, como, por ejemplo, el egoísmo, muchos en la vida sólo piensan en su bien: los mejores coches, las mejores casas, todo el dinero, la mejor vida, la mejor formación… ¿y los demás? Que vivan como puedan, eso es problema de ellos. Todo lo mejor para mí. Partiendo de esta realidad, nos podríamos plantear una cuestión muy sencilla: ¿qué pasaría si a uno le dieran todas las cosas de la vida y le dijeran que viviera solo en este mundo? No creo, en principio, que alguien pudiera vivir solo en este mundo. Y si es una realidad irrefutable que el hombre vive con los demás, debemos, en este sentido, saber que nuestra existencia sin los otros no tiene sentido. Los seres humanos deben saber que el egoísmo tiene malas consecuencias y trae consigo: la avaricia, la insatisfacción, el orgullo, la envidia etc.
Muchos, cuando lo pasan bien, quieren que todo permanezca así hasta su muerte, sin pensar en aquellas personas que lo pasan no del todo bien, para que ellas también puedan llevar una vida digna. "Cuanto mejor vivamos nosotros, es muy poco o nada lo que interesa lo que pase con otros", ese es el egoísmo del hombre.
Ninguna sociedad cimentada en el egoísmo puede ser construida sino destruida. Que los hombres luchen por ser solidarios y no egoístas porque el egoísmo atrasa, le hace a uno ver la realidad no como es, sino como quiere que sea. La solidaridad hace que los hombres se sientan hermanos, que si uno lo pasa bien y vive en buenas condiciones luche para que el otro también lo esté., que la alegría de mi hermano sea mi alegría y su dolor mi dolor.
Que el mensaje quede claro el egoísmo destruye la vida de las personas, tanto del egoísta como de los que lo rodean, nos convertimos en una sociedad enferma en nuestro amor propio; la solidaridad construye una sociedad justa y la justicia trae consigo mucha satisfacción, tranquilidad, paz y felicidad.
Gracias al Consagrado Padre Guillermo

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