Puede definirse la
autoestima como el sentimiento de aceptación y aprecio hacia uno mismo, que va
unido al sentimiento de competencia y valía personal.
El concepto que tenemos de
nosotros mismos no es algo heredado, sino aprendido de nuestro alrededor,
mediante la valoración que hacemos de nuestro comportamiento y de la asimilación
e interiorización de la opinión de los demás respecto a nosotros.
La importancia de la
autoestima radica en que nos impulsa a actuar, a seguir adelante y nos motiva
para perseguir nuestros objetivos.
Las personas con alta
autoestima se caracterizan por lo
siguiente:
- Superan sus problemas o dificultades personales.
- Afianzan su personalidad.
- Favorecen su creatividad.
- Son más independientes.
- Tienen más facilidad a la hora de tener relaciones interpersonales.
Cuando tienes una autoestima
alta, te sientes bien contigo mismo; sientes que estás al mando de tu vida y
eres flexible e ingenioso; disfrutas con los desafíos que la vida te presenta;
siempre estás preparado para abordar la vida de frente; te sientes poderoso y
creativo, y sabes cómo "hacer que sucedan cosas" en tu
vida.
Por el contrario, las
personas con una baja autoestima se caracterizan por lo
siguiente:
Falta de
credibilidad en sí mismo, inseguridad.
- Atribuir a causas internas las dificultades, incrementando las justificaciones personales.
- Desciende el rendimiento.
- No se alcanzan las metas propuestas.
- Falta de habilidades sociales adecuadas para resolver situaciones conflictivas (personas sumisas, o por el contrario, muy agresivas).
- No se realizan críticas constructivas y positivas.
- Sentimiento de culpabilidad.
- Incremento de los temores y del rechazo social, y, por lo tanto, inhibición para participar activamente en las situaciones.
Saber como le sucedan cosas en tu vida, que interesante, gracias Nereyda por este artículo que lo pone a uno a pensar y a analizarse por dentro
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