Ser leales al corazón implica no traicionar lo que sentimos. Es confirmar y honrar con hechos lo que decimos.
Es abrirnos y confiar en nuestra sabia voz interior, que sutilmente se
expresa por medio de la intuición, y hace que le prestemos atención a
las señales que orientan cada uno de nuestros pasos por el camino en
donde no se oculta el Sol. Luminosa es la tarea que asumimos realizar,
por eso se nos recuerda irradiar bien alto y fuerte, generando entornos
de amor y paz.
Para
sumarnos y ayudar a embellecer la creciente luz de este nuevo amanecer,
no es necesario realizar grandes obras ni ocupar puestos de poder. Sólo
basta con Ser cada día más sensibles y humanos, para que los valores
que portamos puedan aflorar. La manera más simple y efectiva de hacerlo
es sintiendo, pues si nos damos el permiso de sentir, volveremos a ver
relucir, entre otros valores, al respeto, la bondad, la solidaridad, la
honestidad, la coherencia y la franqueza.
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