Lucecita brillante…todavía creo en ti, todavía te sigo:
Isadora Duncan
Por Nereyda Barceló Fundora
En
medio de una crisis personal y con la salud cada vez más deteriorada,
Antoine de Saint-Exupéry, produjo en su exilio al comienzo de la
Segunda Guerra Mundial, casi la mitad de los escritos por los que sería
recordado; entre ellos, El principito, que es un relato considerado como un libro infantil
por la forma en la que está escrito pero en realidad el libro trata
temas profundos como el sentido de la vida, la soledad, la amistad, el
amor y la pérdida.
Hoy,
cuando lo releo, no puedo negar que a veces se llenan de lágrimas mis
ojos, porque además estoy impregnada de nuevas motivaciones provocadas
por su lectura, ya que es uno de mis libros de cabecera.
El impacto que me produjo leer este relato sobre las experiencias de
Saint-Exupery como aviador en el desierto de Sahara, durante mi
adolescencia, me causó diversos sentimientos y expectativas. Todavía,
cuando vuelvo a leerlo…. aprieto el libro contra mi corazón, para atraer
esas remembranzas, de los anos inolvidables de mi primera juventud.
El principito es un cuento poético saturado de amor. En él, un piloto se encuentra perdido en el desierto del Sahara
luego de que su avión sufriera una avería, pero para su sorpresa, es
allí donde conoce a un pequeño príncipe que viene desde otro planeta. La
historia tiene una temática filosófica, donde se incluyen críticas
sociales dirigidas a la forma extraña en la que los adultos ven las
cosas. Estas críticas a las cosas «importantes» y al mundo de los
adultos van apareciendo en el libro a lo largo de la narración, que
además está ilustrado con acuarelas realizadas por el propio autor, lo
cual propicia que la hermosa historia, llegue de forma más directa a
nuestros corazónes.
En la contraportada de la edición de l999 de la Editorial Gente Nueva, leemos: “El
Principito es ante todo un libro del amor y la amistad. Y es a través
de estas dos características que se puede observar lo esencial del ser
humano, lo que los ojos no ven, lo que las manos no palpan, lo que sólo
el corazón sabe”
Es un libro de cabecera, para leer y volver a leerlo.
Siempre me conmueve.
Nos enseña lo inútil de la vida sin la importancia de los afectos, como la amistad, por ejemplo. El capítulo del principito y el zorro es uno de los que más me gustan y el que encierra la frase, dicha justamente por el zorro: Lo esencial es invisible a los ojos.
Siempre me conmueve.
Nos enseña lo inútil de la vida sin la importancia de los afectos, como la amistad, por ejemplo. El capítulo del principito y el zorro es uno de los que más me gustan y el que encierra la frase, dicha justamente por el zorro: Lo esencial es invisible a los ojos.
He
aprendido que a medida que crecemos nos "olvidamos" de las cosas más
importantes de la vida, nos vemos envueltos en un torbellino que nos
llena de estrés y no disfrutamos de las cosas sencillas que son las que
nos dan más felicidad. Y lo que pretende el autor es mostrar que no es
una atopia, que se puede vivir de otra manera y no como algunas
sociedades pretenden que viva la gente…porque verdaderamente en lo
simple reside lo esencial…
El
Principito está escrito con regocijo, nostalgia, ingenuidad y emoción, y
su lectura constituye un placer, porque la obra es una celebración de
la vida, hace comprender el placer de la belleza de todas esas cosas que
estimulan nuestros sentidos y nos recuerda que estamos vivos.
En
algunos párrafos encontramos cálidas reminiscencias de la niñez del
autor y el las transmite magistralmente, con una dulzura que nos hace
vivir junto a él sus experiencias.
Leer
este libro significa una fiesta para los ojos y la mente, porque las
acuarelas están cuidadosamente colocadas y contienen las referencias
históricas de sus experiencias en aquellas maravillosas jornadas junto a
nuestro Principito.
El
libro que poseo de la Editorial Gente Nueva, tiene un prólogo y un
epílogo poéticos, conmovedores, que hacen un llamado a niños y adultos a
ser mejores personas, a valorar el amor y la amistad, a ser fieles a la
rosa, a lo que amamos y a lo que hemos amado y protegido, y también
aseguran que de una forma u otra, El Principito es un libro que hay que
leer y releer, porque cada lectura nos brinda una nueva enseñanza.
Verdaderamente
cada nueva lectura de El Principito, nos muestra un significado nuevo y
cuando más anos tenemos, más profundidad vemos en la lectura de este
libro que tiene una magia extraordinaria, porque pocos libros logran en
el lector las motivaciones que provoca la obra del gran escritor
francés, que vivió entre las estrellas del firmamento y murió entre
ellas.
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