Acéptese tal y como es, con sus virtudes y sus defectos. Recuerde que nadie es perfecto, por tanto, no pretenda serlo.
- Desarrolle y perfeccione su sentido del humor, no le dé tanta importancia a lo que no la tiene, ni a los comentarios de los demás. No se considere el ombligo del mundo, quizá cree que todos están pendientes de lo que hace o dice. Recuerde que todo está en su mente.
- Emplee más tiempo en hacer lo que le satisface y le hace feliz.
- Asuma responsabilidades y tome decisiones. Si se equivoca, aprenda de sus errores y tenga coraje para volver a intentarlo. Nadie está exento de equivocaciones y siempre hay que ver la lección que nos brindan nuestros fracasos y errores. No olvide que “después de la tempestad viene la calma”.
- Asuma la cuota que le corresponde, porque cualquier error, incomprensión, incomunicación o conflicto en la relación de pareja o en la interrelación con los demás, la responsabilidad siempre es compartida.
- Reconozca sus propios logros, aunque sean modestos, pequeños o poco importantes. Y sobre todo, hágase un pequeño obsequio como premio
- Tenga como mínimo un objetivo en la vida, una meta…
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