La tendencia hacia lo recto y lo transparente
siempre prevalece en el individuo con honradez y resulta aún más fuerte que
cualquier necesidad.
Cuando un hombre que no tiene trabajo recibe una propuesta ilícita para
acceder a dinero fácil (robando, estafando, etc.), sólo su honradez
hace que resista la tentación y se niegue a aceptar. En cambio, si el sujeto
careciera de esta virtud, es probable que termine eligiendo el camino equivocado
y se convierta en delincuente.
Muchos autores y personas célebres de la historia han legado frases
relacionadas con la honradez; veamos algunos ejemplos a continuación: “La
honestidad es incompatible con amasar una fortuna“, Mahatma Gandhi; “Las
valiosas presas convierten en ladrones a los hombres honrados“, William
Shakespeare; “Es más difícil ser un hombre honrado ocho días que un héroe un
cuarto de hora“, Jules Renard; “La honradez se detiene ante la puerta y
llama; el soborno entra“, Burdett A. Rich;
“En una palabra: para parecer un hombre honrado, lo que hace falta
es serlo“, Nicolas Boileau.
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