Tronco contra tronco. Baja o sube el madero, danzando en el aire,
choca contra un tronco ahuecado y los granos de café van soltando la
melaza. Vuelve en renuevo el proceso, las manos se juntan, la cintura
se arquea.
En San Antonio de Pilón, Mayarí, serranía del Oriente de Cuba, se
reiteraba la escena común en los campos de la Isla. Pero la mente de
Enrique Bonne Castillo oyó música donde nadie antes la había
percibido, juntó los sonidos de un hecho cotidiano y los hizo
trascender al pentagrama. Nacía el ritmo pilón.
(Tomado de Reinaldo Cedeño Pineda, Son de la Loma. Los dioses de la música cantan en Santiago)
Todo el que recuerda los carnavales de los años 50 y 60 en Santiago de
Cuba, no puede dejar de visualizar el colorido, el ritmo y el trepidar
de Los tambores de Bonne que provocaban un remolino de movimientos en
los bailadores y un verdadero vendaval de contagiosa alegría en los
que tuvimos la suerte de disfrutar esos espectáculos únicos incluidos
ya en la historia de nuestra música tradicional cubana.
Sanluisero de nacimiento, pero cubano y santiaguero por antonomasia,
Enrique Bonne nació el 15 de junio de 1926 y es uno de los más
ilustres compositores de música popular cubana de los últimos tiempos.
Aunque su infancia y adolescencia transcurrieron en Palma Soriano
donde estudió música bajo la orientación de su madre, cursó estudios
de bachillerato en Santiago de Cuba, los cuales interrumpió para
dedicarse por entero a la música.
Fue el autor de los cha-cha-chás "Italian Boy", "Cha-cha-chá de la
reina", de los danzones "Confidencial y Granito de Arena" y de las
guarachas "Que me digan feo", "Se tambalea", "A cualquiera se le muere
tío", "No quiero piedras en mi camino" así como la canción "Míralo
aquí" y de "Guajira Simalé".
Bonne utiliza en sus piezas refranes populares que le sirven siempre
de título a sus obras. Este destacado creador del ritmo pilón, en 1961
organizó su grupo Tambores de Enrique Bonne con 50 percusionistas de
gran calidad interpretativa, que fue la orquesta popular más grande de
Cuba, se ha presentado en teatros, canales de televisión y fiestas
carnavalescas a lo largo de todo el país.
A finales del 90 participaron en el Festival de Cali, Colombia. Luego
el grupo se fue reduciendo pero la originalidad y la calidad
interpretativa se mantuvo a través de los años.
Más de 200 obras han salido de su imaginación, no sólo como todos
conocen el Pilón que Pacho Alonso y él inmortalizaron, sino también
sones, boleros, guarachas, zambas y hasta valses que sobrepasaron la
popularidad en Cuba y sedujeron a personalidades musicales como Celia
Cruz, Rolando Lasérie y Willie Chirino y a los extranjeros como Tito
Puente, Ismael Rivera, Jorge Muñíz, Johnny Ventura y Cortijo y su
Combo.
Su música, alegre, contagiosa y popular ha hecho bailar a más de tres
generaciones de cubanos, sobre todo a los amantes de los carnavales.
Entre sus composiciones se destacan "Yo no quiero piedras en mi
camino", "Que me digan feo", "Dame la mano y caminemos". "Llegó la
zafra". "Usted volverá a pasar". "A cualquiera se le muere un tío",
"Billy the Kid", "Yo no me la robé vigilante". "Usted volverá a
pasar". "Muchacha sencilla", "Escondan el bolero". "Alguien como tu".
"Qué rico está esto", "Baila José Ramón", "Manigueta, Maniqueta", "Que
no se apague la vela" y otras.
Sus melodías de diferentes géneros han sido popularizadas por artistas
de la talla de Pacho Alonso, Fernando Álvarez, Orquesta Aragón, Celia
Cruz, Orquesta Estrellas Cubanas, Estrellas de la charanga, Caridad
Hierrezuelo, Lola Flores, Cortijo y su combo, Jorge Muñiz, Ismael
Rivera, Orquesta La Sonora Ponchera, Orquesta Chepín Choven, La
Original de Manzanillo, Luís Carbonell, Ramón Calzadilla, Rosita
Fornés y Alden Night.
Enrique Bonne es fundador de la televisión en Santiago de Cuba, donde
laboró como director de programas y realizó múltiples tareas por casi
20 años.
Fue locutor en emisoras santiagueras durante la década del 50 y en
1961 sus famosos 50 percusionistas de los Tambores de Bonne,
impusieron su estilo en cada presentación en los diferentes carnavales
del país.
Miembro del Consejo Nacional de la Unión de Escritores y Artistas de
Cuba (UNEAC), fue Presidente de esa organización en la filial Santiago
y Presidente de la Asociación de Música de la UNEAC.
Ha realizado destacada labor como miembro del Consejo Técnico Asesor
de la Dirección Provincial de Cultura en Santiago de Cuba y del
Consejo Artístico del Centro Provincial de la Música en la provincia
Santiago de Cuba.
Posee una enorme lista discográfica e innumerables distinciones y
condecoraciones que avalan su vida dedicada al arte y la cultura de
nuestro país.
Enrique Bonne Castillo, no solamente ha sido un brillante creador
cultural, sino también tiene el mérito de haber formado una hermosa
familia, que ha asimilado sus enseñanzas y ha heredado su talento
musical como su hijo Angelito Bonne, quien ya goza de merecida fama.
En todo ello ha contribuido de forma destacada su gentil esposa, la
profesora Juana Elba Sánchez quien ha compartido con el maestro más de
46 años de su vida.
Un legítimo orgullo nos invade al saber que se encuentra entre
nosotros en plena lucidez y cada vez más talentoso alguien como este
emblemático, lúcido y genial compositor, a quien la fama no le ha
envanecido, porque lleva en su corazón entre otros tantos valores
humanos, la modestia y la gratitud a la vida que le ha dado tanto.
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