Vivir es un asunto complejo, lleno de matices. "Toda vida humana se compone de luces y sombras, felicidad y tristeza, estímulos negativos y positivos, debilidades y fortalezas, etc." y es necesario ser capaz de sintonizarse en todas las frecuencias emocionales.
Todos los días las noticias nos informan sobre grandes y diversos avances tecnológicos, económicos, etc. Como también sobre situaciones precarias que vive el hombre. Cabe entonces preguntarnos: ¿Cómo nos llegan ambas informaciones?, ¿Cuál información despierta más nuestro interés?, ¿Qué tipo de sensibilidad tenemos?
El punto es tener claro que manejarnos a partir de una perspectiva egocéntrica, es decir, centrada en lo que "yo quiero", "yo necesito", "a mi me gusta", etc. Si bien, es cierto que nos orienta a encontrar un lugar, un camino, una felicidad en la vida, no nos ayuda a desarrollarnos completamente en la vida y constituye un punto ciego en nuestra personalidad.
Hay muchas maneras de expresar la sensibilidad, quizás la receta está en entender que "convivir con personas insensibles" dificulta nuestras relaciones armónicas.
La sociedad de consumo se sustenta en la creación de más y más necesidades y, con ello, de ansiedades por poseer, nos tiene convencidos de que necesitamos cosas cada vez más refinadas, la idea sería, entonces, entrar en sintonía con la que de verdad nos da plenitud y es ahí cuando compartir y preocuparse, generar ayuda emocional, nos reorienta con nuestro crecimiento personal y permite darnos cuenta que las otras personas también tienen necesidades y que a través de la sensibilidad podemos lograr desarrollarnos como persona de manera más completa.
Es claro, que no podemos pasar la vida dando solución a todos los problemas de los demás y que es difícil y cansador estar siempre en una actitud de "contener" a los demás, pero vivir con una actitud de indiferencia finalmente nos lleva a una vida quizás igual de cansadora.
Sin duda, el término sensibilidad se registra como la capacidad de sentir y es eso lo que no se debe olvidar no sólo para ayudar a otros sino, también para ayudarnos a nosotros a mejorar nuestras actitudes egoístas, desconsideradas y personalistas que finalmente empobrecen nuestra calidad de ser humano.
Neva Milicic, psicóloga
Mucha sensibilidad hace falta en tiempos como los que vivimos
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