A
todos nos gusta ser bien tratados, que se respeten nuestras necesidades
y, en el caso de nuestra familia, que nos quieran incondicionalmente.
Y aunque no lo pensemos
con mucha claridad, solemos creer que si tratamos así a los demás,
merecemos recibir “a cambio” el mismo tratamiento… como si se tratara de
un acuerdo universalmente aceptado. Pero nos duele ver que con
frecuencia los demás no respetan este “acuerdo”.
El acuerdo que los demás sí cumplen, casi sin excepciones, es el de tratarnos tal como nos tratamos a nosotros mismos, mostrándonos como en un espejo las actitudes que tenemos hacia nosotros y las creencias que adoptamos respecto de nuestro propio valor.
La vida te trata tal y como tú te tratas a ti mismo.
Louise L. Hay.
El acuerdo que los demás sí cumplen, casi sin excepciones, es el de tratarnos tal como nos tratamos a nosotros mismos, mostrándonos como en un espejo las actitudes que tenemos hacia nosotros y las creencias que adoptamos respecto de nuestro propio valor.
La vida te trata tal y como tú te tratas a ti mismo.
Louise L. Hay.
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