Una duda es una indeterminación
entre dos decisiones o dos juicios. Se trata de una vacilación que puede experimentarse
ante un hecho, una noticia o una creencia. Por ejemplo: “La versión oficial
de esta historia me genera una gran duda”, “Profesora, tengo una duda
respecto al tema que acaba de explicar”, “No hay duda: se trata de un
gran jugador que beneficiará al equipo”.
La duda supone un estado de incertidumbre: donde hay
dudas no hay certezas. Si una persona duda sobre algo, no está seguro de la validez
de esa cuestión. La duda es un límite a la confianza ya que, donde hay dudas, no existe la creencia en la verdad
de un conocimiento .
La duda puede afectar a una creencia o pensamiento o
proyectarse hacia la acción. Una
persona, puede dudar sobre la
fidelidad de su pareja y
seguir actuando sin cambios, o puede transformar esa duda en una decisión y
plantearle el problema a su pareja.
En otros casos, la duda puede
implicar una suspensión de la decisión: “Tenía pensado invertir mis ahorros
en un campo pero ahora tengo una duda: ¿será una buena decisión ante este
contexto económico?”
Los filósofos destacan que,
cuando una duda es aceptada como ignorancia (el sujeto duda porque no sabe o,
al menos, carece de certezas), puede convertirse en una fuente de conocimiento ya que impulsa a la reflexión, el estudio y
la investigación.
René
Descartes solía ser
llamado como el filósofo de la duda
ya que rechazaba aceptar todo aquello de lo que pudiera dudarse desde un punto
de vista racional.
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