Hay a menudo una convención de que una pequeña
cantidad de retraso es aceptable en circunstancias normales; por lo general,
diez o quince minutos en las culturas occidentales.
En otras culturas, tales como la sociedad japonesa o en el
ejército no existe básicamente ninguna
permisividad.
No obstante, la puntualidad se considera un signo de
consideración hacia las personas que están esperando.
Algunas culturas tienen sobreentendido que los plazos reales son diferentes de plazos indicados.
Algunas culturas tienen sobreentendido que los plazos reales son diferentes de plazos indicados.
Por ejemplo, en una cultura particular puede ser entendido que
la gente llegará una hora de más tarde de lo anunciado.
En este caso, puesto que cada uno entiende que una
reunión a las 9 am comenzará realmente alrededor de las 10 am, nadie se
incomodará cuando todo el mundo aparezca a las 10 am.
En las culturas que valoran puntualidad, retrasarse es equivalente a demostrar desprecio por tiempo de otra persona y se puede considerar un insulto.
Y en esos casos, la puntualidad se puede hacer cumplir
por penas sociales, por ejemplo excluyendo enteramente a los que llegan más
tarde de las reunione
En las culturas que valoran puntualidad, retrasarse es equivalente a demostrar desprecio por tiempo de otra persona y se puede considerar un insulto.
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