Facundo Cabral
Cuando un pueblo trabaja dios lo respeta. Pero cuando un pueblo canta, dios lo ama.
Nacemos
para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo,
es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no
gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene
límites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos.
Ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta convertirte en el amor.
De
mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de
nuevo; ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen,
a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros
que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida por
el camino perdido.
Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.
Vive de instante en instante, porque eso es la vida.
No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la tierra.
En
la tranquilidad hay salud, como plenitud, dentro de uno. Perdónate,
acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que vivir contigo
mismo por la eternidad.
Borra
el pasado para no repetirlo, para no tratarte como te trataron ellos;
pero no los culpes, porque nadie puede enseñar lo que no sabe,
perdónalos y te liberarás de esas cadenas.
Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo.
Tienes
el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en
el presente porque toda la vida está en cada instante.
¡Pero
no digas no puedo ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido
del humor, lo tomará en serio, y te lo recordará cada vez que lo
intentes!
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