Debemos
tener en cuenta que pueden existir diferencias en cuanto a la forma en
que cada persona incorpora a su vida los valores humanos, sobre todo en
las parejas, pues sabemos que las mayores dificultades en la convivencia
suceden entre la pareja, puesto que es necesario apreciar y comprender
cómo cada cual ha recibido durante su vida los conceptos y práctica de
los valores humanos.
Nadie coincide total y perfectamente con los valores del otro. Siempre habrá entre los cónyuges, gustos, preferencias o formas diferentes de ver la realidad . Eso no debe ser sin embargo la causa de dificultades en la relación. El amor supone la aceptación
del otro tal cual es y no implica que el otro sea mi idéntico. Por el
contrario, su diferencia puede aportarme formas de ver la vida y de
actuar de las cuales puedo aprender mucho y terminar integrándolas en mi propio esquema de valores.
Se
trata por tanto de aprender a “manejar” las diferencias, lo cual es
diferente de “soportar” o someterse. En la negociación y búsqueda de
acuerdos aprender las técnicas de comunicación y las herramientas para
de solución de conflictos será siempre de gran ayuda. Con todo se debe
tener igualmente en cuenta que:
Los
valores que sean esenciales o fundamentales tales como la
responsabilidad por la vida y el bien de las personas de la familia, el
respeto, la fidelidad, la honradez, la veracidad, la delicadeza en el
trato y todo lo que ennoblece al ser humano no son negociables ni
renunciables.
Las
parejas pueden o deben construir su propio código de valores que los
identificará como familia y como matrimonio, de esa forma, podrán ser
consejeros de amigos y parientes, y así pueden edificar el futuro
familiar de sus hijos.
Es
bueno reconocer que todos evolucionamos y las circunstancias pueden
hacer que algunas veces tengamos que negociar ciertas formas de aplicar
esos valores en familia, sobre todo cuando se inicia una pareja y forman
un hogar.
Por ejemplo si ya no pueden cenar todos juntos, al menos pueden buscar
un día en que puedan reunirse todos y de esa manera fortalecer los lazos
familiares, sin deteriorar los códigos que se han propuesto.
La flexibilidad en el ejercicio de convivir cuidando los valores humanos, facilitará la convivencia familiar.
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