José Mario Ruiz Navas
En
1967, Paulo VI inició Jornadas Mundiales para fomentar la paz. Puso
como tema El desarrollo integral es el camino hacia la paz. Juan Pablo
II invitó a mirar la paz como un bien indivisible: o es de todos o es de
nadie. Benedicto XVI observó que la fraternidad es antídoto contra la
pobreza. Francisco, en el 47 Mensaje, invita a mirar la fraternidad como
inspiración y fuerza, para superar la pobreza y generar la paz.
Francisco
pone en guardia frente a la indiferencia el grande obstáculo a la
fraternidad en el siglo XXI. Señalo algunas indiferencias ecuatorianas
grandes y pequeñas. Algunas llegan al menosprecio de nuestra cultura y
de nuestras razas. La indiferencia frente a la libertad esteriliza:
justicia y libertad. Se ha difundido la indiferencia frente al futuro,
frente a una educación ideologizada talla única. No educamos para ser
hoy y mañana, sino para tener hoy, como sea... Gastamos todo lo de hoy.
Otros se las vean con el mañana. Somos indiferentes frente a lo que no
es mío y no está ligado al dinero.
Somos
menos indiferentes frente a la inmigración del campo a la ciudad; nos
interesan el sueldo, el bono, el equipo preferido. Urge educar en
valores, nuestros valores. Los tenemos. Reducirnos a pan y circo es
menospreciarnos hoy y esterilizarnos para mañana.
Los
medios científico técnicos son ambivalentes; por un lado son excelentes
para la globalización, y con ella para difundir el mutuo interés. Por
otro lado, fomentan el encerramiento en sí mismos, como esos modernos
zombis, que obturan sus oídos. Ciencia y técnica no bastan para superar
situaciones de pobreza, de injusticia, si no están al servicio de la
fraternidad, sino del individualismo, del egocentrismo y consumismo,
fomentando la mentalidad del “descarte”, o sea del abandono de los más
débiles.
En la familia se asimilan los valores humanos de respeto mutuo, de
solidaridad, de unidad en la diversidad. En la familia se moldea la
identidad nacional. La escuela completa, sistematiza.
La familia afronta hoy un ambiente hostil, especialmente en países que reducen el desarrollo a lo económico.
Según
la experiencia, las transformaciones sociales se sostienen si nacen y
florecen del respeto a los valores humanos. La fraternidad los resume:
“La fraternidad genera paz social, porque crea un equilibrio entre
libertad y justicia, entre responsabilidad personal y solidaridad, entre
el bien de los individuos y el bien común”.
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