viernes, 15 de abril de 2016

Mas sobre saber escuchar: El arte de saber escuchar


 
El éxito social se basa en las buenas relaciones, pues nada podemos hacer exclusivamente solos. Y esas buenas relaciones se apoyan en una comunicación efectiva, la cual no es tal a menos que sepamos expresarnos y escuchar adecuadamente. Pero saber escuchar no es algo precisamente fácil de lograr.
Resulta un hecho evidente que cada persona, en su fuero interior, desea o necesita ser escuchado con respeto y cortesía.
Puede decirse que todos queremos expresarnos, y obtener atención y reconocimiento.
Sin embargo, tendemos a sentirnos frustrados, pues son pocos los que pueden ostentar algún dominio notable en el arte de saber escuchar.
Puede usted preguntarse para que le sería útil escuchar a los demás.
La respuesta es sencilla: para lograr mucho de lo que queremos necesitamos el apoyo de los demás.
Para ganar su apoyo necesitamos desarrollar liderazgo sobre ellos, y para tener esa influencia hace falta conocerlos y saber lo que los motiva, y esto se logra escuchándolos.
Además, es una muestra de cortesía que nos gana amigos, y nos permite prevenir y anticipar la manera más adecuada de tratar con personas conflictivas y complicadas.
Al sentirse escuchadas, las personas se relajan se abren y nos muestran su mundo interior, sus creencias y valores.
Cuando les prestamos atención sincera, les damos una oportunidad de acercarse, de desahogare y de crear o ampliar un vínculo franco y duradero.
Tener la paciencia de escuchar sin interrumpir, posibilita que el conversador atento escoja con cuidado sus palabras, ideas y planteamientos.
Lamentablemente, no somos tan buenos oyentes como podríamos serlo, pues pocas veces valoramos con justicia la importancia de saber escuchar, y no estamos entrenados en esta habilidad.
Algunos de nuestros errores conversacionales más frecuentes, son:
a) brindamos poca atención a nuestros interlocutores.
b) interrumpimos repetidamente la conversación.
c) reaccionamos impulsivamente ante cualquier discrepancia.
d) tratamos temas delicados y polémicos que pueden crear enemistad.
e) desviamos la conversación hacia donde deseamos, ignorando el interés del otro.
f) mostramos con nuestro tono de voz, apatía o agresividad.
g) criticamos a gente ausente o rechazamos sin tacto las opiniones que no compartimos.
Todos podríamos coincidir en cuanto a que millares de negocios se han perdido, por que las partes involucradas no dedicaron el tiempo y el esfuerzo necesarios al desarrollo y aplicación de una escucha de calidad.
Algo similar sucede en el ámbito de las relaciones de pareja, escenario en el cual la comunicación es la única y más eficaz vía para el entendimiento y la resolución de desacuerdos.
 
 
   http/lamenteesmaravillosa.com

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