Llego a Madrid a las ocho de la mañana. Me
voy a quedar apenas algunas horas, no tiene sentido telefonear a los amigos
o arreglar algún encuentro. Resuelvo caminar solo por lugares que
me gustan y termino fumando un cigarrillo en un banco del parque Retiro.
-Usted parece que no está aquí –me dijo un anciano, sentándose a mi lado.
-Estoy aquí –respondo. –Sólo que doce años atrás, en
1986. Sentado en este mismo banco con un amigo pintor, Anastasio Ranchal. Los
dos estamos mirando a mi mujer, Christina, que bebió más de la cuenta y hace
como que baila flamenco.
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-Aproveche –dijo el anciano. –Pero no se olvide de que el recuerdo es
como la sal: en la cantidad adecuada le da sabor a la comida; pero si se
exagera, estropea el alimento. Quien vive demasiado en el pasado, gasta su
presente en recordar.
Paulo Coelho
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martes, 21 de mayo de 2013
CUIDADO CON LOS RECUERDOS
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