Veamos con algo de detalle las tres fases de las que consta:
Permiso-Reconstruir-Perspectiva.
- Cómo utilizar las circunstancias adversas a tu favor
Darse Permiso para aceptar lo ocurrido: Es el primer paso para
integrar algo. Si nos empeñamos en negarlo (tipo, “no me pasa nada”) o
en culpar al mundo de lo que nos ocurre (“pobrecito de mí”), no
conseguiremos salir de dicha emoción. ¿Qué ayuda a aceptarlo? Dejarnos
de excusas, asumir que nos equivocamos o, como dice Ben-Shahar, darnos
permiso para ser humanos. A veces el problema surge porque no somos
capaces de reconocer una emoción. Podemos tener miedo, tristeza o
enfado y no saber qué palabras ponerle. Para ello, es útil hablarlo
aunque no seamos precisos, escribirlo o al menos, experimentarlo
físicamente a través de preguntas, como ¿qué sensaciones me genera?
- Para cambiar tu mundo, cambia tu conversación
Reconstruir lo vivido: Una vez que se ha aceptado, se puede
reconstruir, es decir, darle una interpretación más positiva. El
objetivo es dejar de considerarlo como un problema, un marrón,… y
contemplarlo como un desafío que te invita a dar lo mejor de ti mismo.
Lo que ayuda en este punto es comenzar a hacerse nuevas preguntas:
¿Qué puedo aprender de todo ello? ¿Qué beneficio me aporta? También es
interesante contar con alguien que te ayude a ser un buen frontón, no
que te refuerce en la espiral de mal rollo, sino que te dé un enfoque
diferente, más amplio.
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- El secreto para tomar buenas decisiones
Tomar perspectiva: El último apartado consiste en relativizar la
experiencia para no ahogarse en un vaso de agua. Un suspenso se puede
vivir como un drama, pero en perspectiva no significa tanto. Al igual
que sucede con un error en una presentación en público. La regla
10-10-10 ayuda a conseguirlo, porque nos obliga a contemplar el
impacto de lo sucedido en los próximos 10 minutos, 10 meses o 10 años.
Cuando tenemos el músculo entrenado para tomar perspectiva, nos damos
cuenta de que las cosas que nos dañan son solo una parte y que tenemos
muchas otras cosas positivas que agradecer.En definitiva, el método
PRP ayuda a transformar emociones y eso se logra si somos capaces de
aceptarlas, contemplarlas de un modo más amable y tomar perspectiva
para relativizarlas en su justa medida. De este modo conseguiremos que
una mala experiencia se convierta en un aprendizaje útil para el
futuro.
Fuente El Pais España
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