La gente de campo sabe que el tiempo entre la siembra y la cosecha no
es de haraganería, es un tiempo para fertilizar, desyerbar, arreglar
maquinaria. Hay que sacar ventaja de ese aparente “tiempo muerto”.
Paciencia como perseverancia
Se cuenta que Robert Bruce derrotó a los ingleses para liberar a su
patria Escocia de su yugo, pero sólo después de muchas y dolorosas
derrotas. Siempre tuvo la paciencia de asimilar la derrota, levantar
un nuevo ejército, luchar nuevamente, ser derrotado, asimilar la
derrota… un ciclo que no se interrumpió sino hasta que logró la
victoria final y pudo reinar en Escocia.
Esto lo podemos aplicar, tanto a este Rey, como a un equipo de fútbol
que luego de derrota tras derrota, persevera hasta lograr el
campeonato, al estudiante que finalmente logra titularse, o al
empleado que finalmente es reconocido como “siervo fiel”.
Paciencia como actividad correcta en el momento correcto
Cuando “tenemos el tiempo encima” tendemos a desesperarnos, nos
irritamos, gritamos y generamos un caos peor sin lograr resultado
alguno. Este también es un momento para la paciencia. Nuevamente no se
trata de esperar una solución “caída del cielo”, si bien podemos orar
y pedir ayuda divina, lo cierto es que también tenemos que enfrentar
el problema. Gedeón, David, y otros personajes de la Biblia que
recibieron ayuda de Dios, aún tuvieron que marchar a la batalla.
Los tripulantes del Apolo 13, _cuando la nave sufrió una avería_
hubieran podido darse de topes en las paredes, maldecir la misión,
rasgar sus trajes y aún así seguir con el mismo problema. Ellos
tuvieron paciencia para solicitar ayuda, para comentar las
alternativas y trabajar en la solución de mejores probabilidades aún,
cuando el tiempo se iba de entre sus manos. Ellos hicieron lo correcto
con paciencia.
Fuente de la paciencia.
La buena noticia es que para lograr este rasgo, tenemos la ayuda del
Espíritu Santo. Gálatas 5:22 dice que la paciencia es uno de los
frutos del Espíritu Santo. No estamos solos, oremos a Dios porque su
Espíritu more en nosotros y seremos recompensados con este fabuloso
rasgo el carácter de Cristo: la Paciencia.
seryhumano.com / Andrés Manuel Landaeta
Fuente: portalplanetasedna.com.ar
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