Fue un periodista hasta durmiendo. Era capaz, para escribir novelas
como Cien años de soledad, de llamar a sus amigos de madrugada para
saber cuánto tardaba en morir un joven mordido por un perro rabioso.
Puso su arte de la memoria al servicio del periodismo y de la novela.
Eso dijeron, entre otros, el escritor mexicano Jorge F. Hernández, el
periodista Antonio Rubio, codirector del curso Cien años de soledad:
una caravana de historias organizado sobre su obra en la Universidad
Rey Juan Carlos, y Jaime Abello, director de la Fundación Nuevo
Periodismo Iberoamericano (FNPI) —fundada por Gabo en 1995—, que
también lo dirigió.
El curso fue organizado por la citada universidad con el patrocinio
de la Fundación Bancaria La Caixa. Terminó el viernes en Caixa Forum
con la música preferida de Gabo, los vallenatos, comentados por el
profesor Ariel Castillo.En la clausura Jaime Abello respondió “a
título personal” a las palabras del también Nobel Mario Vargas Llosa,
que el jueves se refirió en El Escorial a la cercanía de Gabo con el
régimen cubano. “Parece”, dijo el periodista y profesor colombiano,
“como si su valoración política, personal y literaria se hubiera
quedado en 1976 y no hubiera evolucionado más hacia delante”. Añadió
Abello que el Gabo que él conoció “era un hombre moderno que no fue
partidario de utopías ni de soluciones militares”, al contrario de lo
que afirmó el Nobel peruano.Vargas Llosa, distanciado del autor de
Cien años de soledad tras un incidente personal, había declarado este
jueves, en el curso que la cátedra que lleva su nombre celebró en El
Escorial para conmemorar el 50º aniversario de aquella novela, que
García Márquez “tenía un sentido práctico de la vida y sabía que era
mejor con Cuba que contra Cuba”, lo que le libró en su día del “baño
de mugre” que cayó sobre los que, como él mismo, habían criticado la
deriva comunista de la Revolución.“Gabo evolucionó: a finales de los
70 ya va cambiando de tono”, ha defendido Abello. “Así como tuvo
amistad con Fidel, Gabo la tuvo con algunos enemigos de la izquierda y
presidentes de centro derecha. Sería interesante una mirada más
completa, evolutiva, y menos apegada a la época en la que [Vargas
Llosa] tuvo una relación personal con él”. El director de la FNPI
explicó que los años 70 fueron “de un marcado viraje hacia la
izquierda de Gabo” por hechos como el golpe de Estado contra Salvador
Allende en Chile.Todos los ponentes han resaltado el orgullo con el
que abrazó el oficio de periodista Gabriel García Márquez. “No quiero
que se me recuerde por Cien años de soledad, ni por lo del premio
Nobel, sino por el periódico”, afirmó en una entrevista en 1983,
cuando quiso poner en marcha un rotativo, El otro, que no llegó a
salir. En la evocación del periodismo de Gabo se llegó a decir, en el
curso que acabó el viernes, que García Márquez, por la abundancia y la
calidad de su obra, siempre llena de sorpresas, podría ser llamado “el
Picasso del periodismo del siglo XX”.“Se curtió muchos años. Y no como
periodista galáctico, estrella o tertuliano”, defendió el periodista
Miguel Ángel Villena, que aprovechó para reivindicar el “periodismo de
la mirada, del periodista que se ensucia los zapatos de barro,
comprometido con su época y con el oficio como un ejercicio literario,
una antesala de la gran literatura”.“Cien años de soledad, 50 de la
novela, 90 del nacimiento de Gabo y ya tres sin él. Tres años que
también han sido de soledad, sin su persona, pero en los que nos ha
quedado su obra inmensa”, declaró el director general de la Fundación
La Caixa, Jaume Giró.“Tomaba cosas de todos lados y las transformaba
literariamente con una enorme carga poética”, recordó Abello, quien
contó cómo el escritor, durante la escritura de su gran novela,
consultó a médicos, abogados y demás amigos especialistas que le
proporcionaron libros de medicina, alquimia, zoología y otras
disciplinas que utilizaba para que “todo dato estuviera verificado y
comprobado”.“Kapuscinski hablaba de García Márquez y decía que le
encantaban sus novelas, pero que todavía le gustaban más sus
reportajes. Que todo gran reportaje, en su caso, era el germen de una
gran novela”, aseguró Villena.“¿Cómo sería el Gabo periodista hoy en
día?”, se preguntaron los ponentes. ¿Sería capaz de convertirse en el
gran escritor en un mundo absolutamente invadido por las nuevas
tecnologías? ¿Prosperaría en las redes su periodismo literario?Nunca
lo sabremos, pero el aniversario sí ha probado que, al menos en una
cosa, García Márquez estaba equivocado: los Buendía, esa estirpe
maldecida con 100 años de soledad, sí tuvieron una segunda oportunidad
sobre la tierra. Y reviven, 50 años después, en días como estos o en
cualquier otro en que un lector abre, como si fuera nueva, aquella
primera página: “Muchos años después, frente al pelotón de
fusilamiento…”.
Publicado en El Pais, España
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