Un mal recuerdo, un error, una preocupación… seguro que tienes alguna
emoción que no te gusta demasiado y que te encantaría cambiar. Veamos
un sencillo método que puede ayudarte, el PRP. Irenka Barud El PRP
parte de un idea clave: lo que nos despierta una emoción no es el
hecho en sí, sino la interpretación que hagamos del mismo. Eso explica
por qué dos personas reaccionan de manera bien distinta ante un mismo
acontecimiento como, por ejemplo, suspender un examen, un fracaso
amoroso o un error en un proyecto. Uno puede estar machacándose
durante un tiempo inmemorable mientras que otro, sin embargo, lo
considera un aprendizaje y pasa página. Por ello, si somos capaces de
reinterpretar una experiencia que no nos hace demasiada gracia,
podremos encajarla mejor y recordarla de un modo más saludable. Y esto
es lo que busca el método PRP, el cual fue impulsado por la psicología
cognitiva y que Tal Ben-Shahar recoge en su libro “La búsqueda de la
felicidad”.
Fuente periòdico El Pais
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