Sin embargo, podríamos decir que el hecho de soportar y tolerar las
contrariedades más inesperadas, también constituyen retos, aunque de
menor importancia pero que hacen al desarrollo de la paciencia.
Tal es el caso de sobrellevar inclemencias del tiempo, ser
comprensivos en la realización de tareas junto a otras personas, ante
la falta de sus experiencias, conocimientos para realizarlas
efectivamente, entre otras. Si en cualquiera de ellos nos
obsesionamos, el resultado puede ser totalmente el opuesto al deseado,
por lo que se recomienda ser pacientes, ya que ella nos enseña la
manera por la cual debemos hacer las cosas.
Recuerda, ten buena predisposición para acudir a aquellos lugares
donde siempre para ti son pérdidas de tiempo, porque ello puede
disgustarnos innecesariamente. Otra cuestión es no mostrar impaciencia
y hacer cosas de mala gana, ante el pedido de favores. Ante ello se
recomienda que esa actividad se cuente como fija, dentro de nuestro
tiempo y quehaceres, ya que de esa manera será posible realizarla de
manera agradable.
Las reacciones espontáneas no tienen una finalidad precisa, por lo
cual se recomienda tomarse un tiempo para escuchar, razonar y en el
momento más indicado actuar o emitir la opinión más acertada a la
circunstancia. Si nos olvidamos de esto, nos ganará la desesperación.
Pero, ¿cuáles son los verdaderos estímulos que ganamos de ser
pacientes? La verdad es que son múltiples, desde el mantenimiento y
mejora relacional con nuestra pareja, hijos y compañeros de trabajo;
hasta las amistades más duraderas.
Así la persona que vive pacientemente, logra comprender mejor la
naturaleza de los sucesos, creando paz y armonía a su alrededor. Es
decir, que posee la sensibilidad para afrontar
Una vez conocida o presentida una dificultad que es preciso superar o
algún bien deseado que tarda en llegar, soportaremos las molestias
presentes con serenidad. Y nos ayudará a moderar los excesos de
tristeza y a esperar con calma el bien deseado.
Repasemos el rasgo de la paciencia en las tres circunstancias
mencionadas anteriormente: el simple paso del tiempo, la perseverancia
y la actividad correcta en el momento correcto.
Paciencia en momentos lentos
¿Te ha tocado desesperarte con la burocracia de ciertas instituciones?
¿Has tenido la “oportunidad” de esperar largo tiempo en cola para
poder ser atendido? ¿Has tenido que atacar el aburrimiento propio o de
tus hijos en viajes largos? Son momentos todos, en que la paciencia
debe derrotar al desasosiego.
Debemos entender que la “burocracia” no es mala por sí misma, de hecho
fue introducida en la ciencia administrativa como un elemento de
organización y control. Sin ese molesto “papeleo”, pronto una
organización no sabría dónde estuvieron sus ingresos, cómo reproducir
un proceso particular en ausencia del actual dirigente, o cómo
controlar los gastos. Entendamos entonces que la burocracia tiene una
razón de ser y seamos amables cuando tratemos con ella.
Aparte de comprensión también podemos usar la creatividad y convertir
los momentos de espera en momentos útiles. Lleve con usted un libro o
alguno de sus pendientes (hoy en día puede acarrear hasta una
computadora en un portafolio) la siguiente vez que tenga que
enfrentarse a la burocracia, a la cola del banco, a la sala de espera
del médico, a un viaje, etc. Invente juegos con sus hijos con
palabras, números, etc.
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