El
respeto es la base fundamental para una convivencia sana y pacífica
entre los miembros de una sociedad. Para practicarlo es preciso tener
una clara noción de los derechos fundamentales de cada persona, entre
los que se destaca en primer lugar el derecho a la vida, además de otros
tan importantes como el derecho a disfrutar de su libertad, disponer de
sus pertenencias o proteger su intimidad, por sólo citar algunos entre
los muchos derechos sin los cuales es imposible vivir con orgullo y
dignidad. El respeto abarca todas las esferas de la vida, empezando por
el que nos debemos a nosotros mismos y a todos nuestros semejantes,
hasta el que le debemos al medio ambiente, a los seres vivos y a la
naturaleza en general, sin olvidar el respeto a las leyes, a las normas
sociales, a la memoria de los antepasados y a la patria en que nacimos.
Para ser respetuosos...
- Tratemos a los demás con la misma consideración con que nos gustaría ser tratados.
- Valoremos y protejamos todo aquello que nos produzca admiración.
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