La
humildad se puede definir como "conocer nuestras propias debilidades y
limitaciones y actuar en consencuencia". Humildad también es aceptar que
no somos perfectos, que somos humanos, capaces de cometer errores, y
que vinimos a esta tierra a aprender de ellos, y de muchas otras
fuentes. Debemos tener presente que no existe diferencia alguna en
nosotros y que nadie es mejor que nadie, sino que cada quien tiene su
valor, y todos tenemos nuestros aportes importantes que realizar.
A
la ausencia de humildad, muchos llaman soberbia, prepotencia o
arrogancia. Lo interesante sería descubrir que es lo que provoca que el
ser humano incurra en semejantes anti-valores, para detrimento suyo y de
quienes lo rodean. Una posición social adinerada? Un aspecto físico
atractivo? Un intelecto envidiable para los demás?
Ninguno
de estos aspectos tiene la suficiente validez para justificar semejante
conducta. Nadie tiene el derecho de actuar con soberbia, pisoteando a
los demás, haciéndoles sentir inferiores, o que ellos son mejores que
nadie, con su ego inflado y sus ínfulas de super héroe de quinta
categoría que ellos mismos se han otorgado.
¿Que
sucede cuando estamos en contacto con gente sencilla y de actitud
humilde? Nos sentimos tan bien que queremos tener contacto frecuente con
esa persona, conversar animadamente, conocerla mejor, establecer una
amistad sincera.
Caso
contrario ocurre con las personas arrogantes y soberbias, con las que
nadie quiere juntarse, a menos que sean personas de su misma especie, ya
que solo así se pueden soportar.
Para
mí, las personas carentes de humildad y autoconocimiento son como una
enfermedad contagiosa a la que le quiero andar de lejos, y si por
obligación debo acercarme, hacerlo con elementos protectores para que no
se me pegue.
Que
no se nos olvide que todo aquello que puede elevar nuestro ego: dinero,
poder, belleza, etc. es pasajero, y al final del día a las personas se
les recuerda por lo que fueron, no por lo que tuvieron.
"Cuando somos grandes en humildad,
estamos más cerca de lo grande."
Rabindranath Tagore
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