martes, 22 de noviembre de 2016
LA ALEGRÍA ES CONTAGIOSA
"Mi risa es mi espada; mi alegría, mi escudo", dijo Martín Lutero, y
no le faltaba razón. Sin embargo, durante estos dos siglos la cultura
occidental ha censurado toda emoción por considerarla insensata y
perversa. Una norma abanderada por el pensamiento aristotélico y
superada por el hombre contemporáneo, tras tomar conciencia de que la
vida es una sola y demasiado corta para esperar que la felicidad baje
del cielo y le toque en la puerta."La felicidad es una decisión
personal que requiere coherencia, voluntad y valor", señala el
psicólogo Luis Martel Según el psicólogo palmero Luis Martel, "hay
que vivir con la confianza de que las cosas saldrán bien, centrándose
en las oportunidades y no en las amenazas", porque "la felicidad
depende de uno mismo, sólo nosotros podemos cambiar el curso de las
cosas, transformando un momento triste o un fracaso en una experiencia
que nos hará más sabios y fuertes para seguir avanzando, para empezar
de nuevo con más inteligencia". No es vano dijo Oscar Wilde "la base
del optimismo es puro terror".
"La felicidad depende de uno mismo".
Pero, ¿por qué es tan difícil alcanzar la felicidad? "Porque es una
decisión que requiere coherencia, voluntad y valor", señala el
psicólogo. "Alcanzarla es el más elevado objetivo de la inteligencia,
pero también es un hábito que hay que interiorizar, y para el que a
menudo es necesario salir de la zona de confort, dejar el territorio
de lo predecible y entrar en el terreno de la incertidumbre, modificar
ciertas costumbres o ideas que nos aprisionan y nos impiden ser uno
mismo". "La base del optimismo es puro terror" (Oscar Wilde)Para el
experto, un gran paso para salir triunfante de una situación que nos
produce desdicha, por ejemplo, es "cambiar de pensamiento", ya que de
esta manera "trascendemos nuestro propio entorno", subraya. "Ahí se
encuentra la antesala de la libertad, que media entre el deseo y la
acción, y ayuda a tomar decisiones", prosigue. "Se trata de creer en
un futuro mejor cuando todavía no se puede percibir ni con los
sentidos", describe. "Si una persona está viviendo con las mismas
emociones de tristeza cada día es porque, quizá, no le está ocurriendo
nada nuevo en su vida".
"A veces el camino es dejar el territorio de lo predecible y entrar en
el terreno de la incertidumbre".
Decía el poeta romano Publio Siro (siglo I a.C.) que "un compañero
alegre te sirve en el viaje casi de vehículo", así que es necesario
saber a quién eliges para amar, para vivir, para que camine a tu lado,
"ya que el ser humano es muy vulnerable y la influencia tanto positiva
como negativa ejerce una acción muy poderosa en él", advierte. O,
¿acaso no resulta agotador estar cerca de personas que se quejan
continuamente, transfiriendo su frustración al entorno con actitudes
poco amables y egoístas?"Si te ríes, el mundo reirá contigo", declara
la psicóloga Tais PérezA este respecto, la psicóloga grancanaria Tais
Pérez tiene respuesta: "Las emociones humanas son altamente
contagiosas". "¿Cuántas veces has visto a una persona riéndose y a
otra compartiendo su risa?", prosigue. "Las emociones fuertes
sincronizan la actividad cerebral de los distintos individuos. Así,
con frecuencia cuando vemos expresiones emocionales como una sonrisa o
incluso una risa se desencadena una respuesta emocional
correspondiente en quién lo observa. Esto podría ser un elemento
básico de la interacción social: sincronizar un estado emocional común
en todos los miembros de un grupo cuyo cerebro procesa lo que ve de
manera similar".
"La risa desencadena una respuesta en el área del cerebro del que
escucha también".
La experta indica que "los sonidos positivos como la risa desencadenan
una respuesta en el área del cerebro del que escucha que se activa
cuando sonreímos y prepara los músculos faciales para reír. Parece
entonces cierto que si ríes, el mundo reirá contigo".Pero, ¿qué dicen
los libros de autoayuda al respecto? En El viaje a la felicidad, uno
de los éxitos de venta de los últimos años, Eduardo Punset apunta que
nuestra cultura ha creado y difundido grandes mitos en torno a la
alegría. "Se tiende a pensar que el secreto radica en aspectos
externos a la propia persona, como el trabajo, la salud, la familia,
el dinero". Sin embargo, el filtro de la evidencia científica ha
desmentido casi todos estos mitos, dejando en pie un único factor que,
aun siendo exterior al individuo, resulta determinante en los índices
de satisfacción: "el de las relaciones personales", concluye.
fuente:www.canariasenhora.com
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