miércoles, 14 de diciembre de 2016

LA ALEGRIA SE CONTAGIA



  Hoy es uno de esos pocos días en que he visto a muchas personas
sonriendo, y me dí cuenta que se respiraba un ambiente muy distinto,
¿serán las vacaciones? Yo creo que si, pero independientemente de las
causas, es importante que recordemos los efectos.Usualmente los
humanos somos propensos a los efectos en cadena, nos contagiamos de lo
que sucede a nuestro alrededor, especialmente si en los grupos en que
nos movemos hay uno o más líderes que consciente o inconscientemente
hacen que sus emociones o las energías se propaguen en nuestro
ambiente.Date cuenta, cuando llegas a un lugar de mucho trabajo,
bancos, oficinas gubernamentales y otros lugares; por lo regular la
carga emocional es muy fuerte, piénsalo la próxima vez que vayas, mira
la cara de las personas, observa sus reacciones y más importante cómo
cambia el semblante de quienes van entrado. Es curioso, pero las
personas se contagian con esa carga negativa y también se estresan.La
cadena Si ese tipo de energías pueden contagiar a otros, también lo
pueden hacer las emociones positivas, ahora esto requiere un poquito
de inteligencia emocional. La diferencia la puedes empezar tu. Te
propongo un ejercicio:Cuando vayas por la calle, sonriéle a la primera
persona que veas; su reacción va a ser confusa, especialmente porque
estamos acostumbrados a “no hablar con extraños”, pero sigue
intentando, vas a ver que con un semblante alegre vas a contagiar a
los demás. La motivación en la que pienso siempre, es que quizá haga
reaccionar a alguien y esa persona pueda sentirse mejor y sonreirle a
más personas.Cada día aprovecha para ser feliz y contagiar a los
demás, si tú empiezas el cambio y logras contagiar a alguien más,
pronto vamos a ser muchos los que pensemos diferente y hagamos del
mundo un mejor lugar.

fuente: ceciliagrcia.wordpress

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