jueves, 29 de diciembre de 2016
RESOLUCIONES PARA EL AÑO NUEVO
Es curioso que para muchas personas esta lista de resoluciones no
cambia de año en año. Desde dietas, esfuerzos para dejar de fumar,
perder peso, cambiar de trabajo hasta acercarnos más a Dios. La razón
obvia para que muchas de estas resoluciones estén siempre en la lista
es que no las alcanzamos.
Una de las razones por la cual las abandonamos es la falta de
planificación. Las resoluciones pueden ser metas o deseos. Meta o
deseo
La diferencia entre una meta y un deseo es que la meta involucra
acción y planificación. El deseo es solo pensamiento. El querer bajar
de peso es un deseo (el cual casi todos anhelamos), el ir al medico,
la nutricionista o a un grupo para bajar de peso es acción.
Los deseos son importantes, muchos de ellos se convierten en metas.
Los deseos son el comienzo para alcanzar algo. Nos dan motivación y
nos empujan. Por alguna razón difícil de definir cuando deseamos algo
muchas veces se nos presenta la oportunidad de realizar el deseo y si
tenemos la aptitud correcta podemos hacerlo realidad.
Del deseo a la meta
Cuando los deseos llevan acción y desarrollamos un plan para
convertirlos en realidad se convierten en metas. .
Muchas veces se nos olvida pensar en los obstáculos que podrían
presentarse y analizar como superarlos. Esta es una faceta importante
que o debe ser menospreciada.
En un estudio hace años atrás en la prestigiosa universidad de
Harvard, se les pregunto a los estudiantes de la maestría de
administración de empresas si tenían metas. Muchos años después se
contacto a estos estudiantes para averiguar que tan exitosos habían
sido en sus vidas profesionales. Los resultados fueron sorprendentes.
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