miércoles, 14 de diciembre de 2016

PARA MEDITAR Y RECREARSE



La vida no es más que un viaje por tren: repleto de embarques y
desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos
embarques, y profundas tristezas en otros. Al nacer, nos subimos al
tren y nos encontramos con algunas personas, las cuales creemos que
siempre estarán con nosotros en éste viaje: NUESTROS PADRES.
Lamentablemente la verdad es otra. Ellos se bajarán en alguna estación
dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y su compañia
irremplazable. No obstante esto no impide que se suban otras persona
que serán muy especiales para nosotros.
Llegan nuestros hermanos, amigos y esos amores maravillosos. De las
personas que toman éste tren, habrá también los que lo hagan como un
simple paseo, otros que se encontrarán solamente tristeza en el viaje…
y habrá otros que, circulando por el tren, estarán siempre listos en
ayudar a quien lo necesite. Muchos al bajar, dejan una añoranza
permanente… Otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos
cuenta que desocuparon el asiento. Es curioso constatar que algunos
pasajeros, quienes nos son más queridos, se acomodan en vagones
distintos al nuestro.
Por lo tanto, se nos obliga a hacer el trayecto separados de ellos.
Desde luego, no se nos impide que durante el viaje, recorramos con
difucultad nuestro vagón y lleguemos a ellos… Pero lamentablemente, ya
no podremos sentarnos a su lado pues habrá otra persona ocupando el
asiento.
No importa; el viaje se hace de éste modo: lleno de desafíos, sueños,
fantasías, esperas y despedidas…. pero jamás regresos.
Entonces, hagamos éste viaje de la mejor manera posible. Tratemos de
relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo
mejor de ellos. Recordemos siempre que en algún momento del trayecto,
ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos… Ya que
nosotros también muchas veces titubearemos, y habrá alguien que nos
comprenda. El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en que
estación bajaremos, mucho menos donde bajarán nuestros compañeros, ni
siquiera el que está sentado en el asiento de al lado. Me quedo
pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia… Creo que si.
Separarme de algunos amigos de los que hice en el viaje será doloroso.
Dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste.Pero me aferro a la
esperanza de que, en algún momento, llegaré a la estación principal y
tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían
cuando embarcaron. Lo que me hará feliz será pensar que colaboré con
que el equipaje creciera y se hiciera valioso. Amigo mio, hagamos que
nuestra estadia en éste tren sea tranquila, que haya valido la
pena.Hagamos tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar,
nuestro asiento vacio, deje añoranza y bonitos recuerdos a los que
continuan el viaje. A tí que eres parte de mi tren, te deseo un… FELIZ
VIAJE!!!!
fuente: nunezyanina.wordpress

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