viernes, 15 de mayo de 2015

EL OPTIMISMO

   valor humano: optimismoEste valor nos permite confiar en nuestras capacidades y posibilidades, enfrentando con perseverancia y estado anímico muy positivo ante cualquier dificultad que se nos presente en el camino. Nos ayuda, a descubrir lo bueno de las personas que nos rodean y a aceptar todo tipo de favores que nos ofrezcan de corazón.
El optimismo, nos permite encontrar soluciones, ventajas y posibilidades ante los inconvenientes surgidos. La diferencia de su valor opuesto, el pesimismo, es que la primera nos insiste en apreciar todas las cosas, lograr que nuestras actitudes cambien.
Sin embargo, cabe aclarar que no siempre la consecuencia lógica del optimismo es el éxito. Sino que a veces podemos equivocarnos y lograr los resultados esperados. Esto nos da ha entender que el optimismo es una actitud de recomenzar permanentemente sobre nuestras acciones, decisiones, hechos y vivencias; para ver en que fallamos y comprenderlos para en un futuro inmediato, superarnos y lograr los objetivos tan deseados.
Las personas que poseen este valor, no se creen los conocedores de los recursos necesarios para triunfar ante cualquier circunstancia, sino que saben buscar ayuda como una alternativa para mejorar, o en el mejor de los casos alcanzar sus objetivos propuestos. Esto no desacredita nuestro esfuerzo personal, sino que nos hace más sinceros en nuestras iniciativas.
El optimista refuerza y alimenta su perseverancia. Es una persona que se detiene a pensar en todas las posibilidades, luego las piensa y toma la que considera pertinente para esa ocasión. Esto evita que nos engañemos ante una falsa realidad que nos asegura una vida más fácil y placentera.
En todas las instancias de nuestra vida deben ser optimistas. Por ejemplo, ante las demás personas podemos lograr una mejor relación, ya que nos predispondremos ante ellos de una manera positiva. Reconoceremos en el momento adecuado el aliento que el otro necesite, la motivación o solamente la presencia que el necesite.
Cada persona tiene algo bueno, cualidades y aptitudes y por ende defectos. En estos últimos podemos ayudarlos a superarlos o hacerles ver en que se equivocan. El optimismo, es el valor justo que nos ayuda a reconocerlos. Por eso dejemos ayudar, no nos encerremos en nosotros mismos después de los fracasos.
Entonces nos preguntamos, ¿Cómo hacemos para alcanzar esa actitud optimista? Y la respuesta es simple: “solamente hace falta disposición entusiasta y positiva”.
Por ello, siempre analiza las situaciones desde esta perspectiva y veras que las cosas pueden llegar a solucionarse mas rápido de lo que esperabas.
Nunca critiques o te quejes de alguna persona, sino que esfuérzate y sugiérele opciones y soluciones, que muchas veces el enceguecido no la ve. Si so honesto y justo, descubrirás en esa persona cualidades y capacidades que no creías de su existencia.
En cambio, si es a ti el que no te salen las cosas, sincérate contigo mismo y pide ayuda en otras personas, logrando así una posible solución de manera más rápida. De igual manera, analiza las decisiones, pues muchas veces la ligereza no lleva al camino de la imprudencia y no al del optimismo.
Por lo tanto, una persona optimista es aquella que siempre ha encontrado en la desdicha incitaciones para superarse, ya que podemos lograr un aprendizaje positivo de nuestros errores y equivocaciones. Seres personas productivas y emprendedoras en la medida que nos esforcemos y manifestemos de manera alegre, el valor del optimismo.

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