El liderazgo es el conjunto de habilidades gerenciales o directivas que un
individuo tiene para influir en la forma de ser de las personas o en un grupo de personas
determinado, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo, en el logro de
metas y objetivos.
También se entiende como la capacidad de tomar la iniciativa, gestionar,
convocar, promover, incentivar, motivar y evaluar un proyecto, de forma eficaz y
eficiente, sea éste personal, gerencial o institucional (dentro del proceso
administrativo de la organización).
En opinión de expertos en Desarrollo Organizacional, existen muchos tipos de
liderazgo.[cita requerida]
En opinión de otros, no es que existan varios tipos de liderazgo: el liderazgo
es uno y, como los líderes son personas (individuos con características
personales definidas), las clasificaciones corresponden a la forma como ejercen
o han adquirido la facultad de dirigir, circunstancia que no necesariamente
implica que sea un líder.
La palabra "liderazgo" en sí misma puede significar un grupo colectivo de
líderes, o puede significar características especiales de una figura célebre
(como un héroe).
También existen otros usos para esta palabra, en los que el líder no dirige,
sino que se trata de una figura de respeto (como una autoridad científica,
gracias a su labor, a sus descubrimientos, a sus contribuciones a la
comunidad).
Junto con el rol de prestigio que se asocia a
líderes inspiradores, un uso más superficial de la palabra "liderazgo" puede
designar a entidades innovadoras, aquellas que durante un período toman la
delantera en algún ámbito, como alguna corporación o producto que
toma la primera posición en algún mercado.
Arieu define al líder como "la persona capaz de inspirar y asociar a otros
con un sueño". Por eso es tan importante que las organizaciones tengan una
misión con alto contenido trascendente, ya que es una manera muy poderosa de
reforzar el liderazgo de sus directivos.
Existe una regla fundamental en el liderazgo que es la base para que un buen
líder, cualquiera que éste sea, lleve a cabo un liderazgo efectivo.
La mayoría de los autores la nombran la regla de oro en las relaciones
personales, y es fácil, sencilla y muy efectiva: "No pongas a las personas en tu
lugar: ponte tú en el lugar de las personas". En pocas palabras, así como trates
a la personas, así ellas te tratarán.
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