jueves, 27 de febrero de 2014

HONRAR LA VIDA!

Ejercicios Espirituales Ignacianos en la Vida Cotidiana.
Ama a los que te rodean…
“Que nuestro amor no sea solamente de palabra, sino que se demuestre con hechos."
(1ª San Juan 3, 18)
Vivimos en la sociedad de las palabras. Algunos dicen que padecemos una inflación de la palabra... Nos hemos acostumbrado a usar palabras sin hechos y por eso hay tanta palabra vacía que no nos llena…
Con la palabra podemos decir te quiero a alguien y alegrarle el día, pero también podemos mantenerla callada y dejar a los otros desconcertados.
Tenemos miedo a las palabras porque son un arma que nos puede ayudar o atacar, depende el cómo se use. La mejor palabra es la que se dice para iniciar o respaldar lo que hacemos. No es bastante decir a los demás "te quiero", hay que demostrarlo con la vida.
Quien más alegrías y problemas nos causan son precisamente los que nos rodean, los que tenemos cerca. Un desconocido nos dejará indiferente. Las alegrías y las penas nos las producen los que tenemos a nuestro alrededor. No nos debe de extrañar, en momentos concretos, que sean ellos los que producen nuestras heridas más intensas y nuestras alegrías más profundas.
El amor no es sólo para decirlo, hay que demostrarlo, incluso, (y aunque parezca extraño) con los más cercanos. No vale aquello que dicen muchos: "ya él/ella, sabe que la quiero…" La mejor manera es decirlo… y demostrarlo con hechos…
Hay personas que están tan preocupadas en querer y ayudar a los demás, que se olvidan de querer y ayudar a los que tienen más cerca…
Te propongo lo siguiente:
* Identifica a las personas cercanas (familia, amigos, etc.) que más quieres.
* Pregúntate qué muestras de cariño y ternura has tenido con ellos…
* Ten algún gesto de cariño hacia ellos: una llamada para saber cómo están…, regalar un pequeño detalle…, decir palabras de ánimo…
Quiera Dios que esta tarea que comienzas esta semana, la vivas cada día el resto de tu existencia.

martes, 25 de febrero de 2014

NECESITO POCO Y LO POCO QUE NECESITO, LO NECESITO POCO

 Fragmentos de un artículo de la periodista Ángeles Cano
… Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
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> Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.

domingo, 23 de febrero de 2014

Formas de envidia

Pueden hacernos sentir envidiosos numerosas cualidades de otras personas: su talento, su juventud, su renombre, su belleza, sus posesiones y hasta su virtud, que como escribió Antonio Machado en uno de sus Proverbios, “La envidia de la virtud I Hizo a Caín criminal". Un personaje de una novela unamuniana (Abel Sánchez, 1917) llega a decir: "No hay canalla mayor que las personas honradas [...] no me cabe duda de que Abel restregaría a los hocicos de Caín su gracia", Un hombre puede hacer exhibición de buenos atributos para producir envidiosa zozobra en otro, al sumirle en un conflicto entre sus malos deseos por una parte y su conciencia, por otra.

El sabio Baltasar Gracián escribió en su Arte de la prudencia (1647): "No hay venganza más insigne que los méritos y cualidades que vencen y atormentan a la envidia [...] Este es el mayor castigo: hacer del éxito veneno", iHasta la honradez y la bondad pueden usarse con el malévolo propósito de azuzar la envidia!
La forma más conflictiva de envidia es, sin duda, aquélla que se dirige hacia las personas que, simultáneamente, uno ama. Es este tipo de envidia el que tiende a sumergirse con mayor vigor en el Inconsciente, porque amenaza con destruir precisamente aquello que valoramos más de nosotros mismos: nuestras representaciones buenas y nuestros sentimientos de amorosos. Además nuestra conciencia se carga de atormentadora culpa si contempla la propia malevolencia hacia aquéllos que dicta que debemos querer. Ante este conflicto, a veces procuramos convencernos de que la persona hacia quien profesamos amor o gratitud ambivalentes, después de todo, no es tan buena. Se trata de un intento por “justificar” nuestra animadversión culpógena.

Es común que un sujeto sienta envidia, en alguna de sus numerosas manifestaciones, hacia alguien y, simultáneamente, profese adoración acrítica hacia otra persona. Se trata de las dos caras de una misma moneda. Este fenómeno es consecuencia del mecanismo psicológico de la escisión, al que suele añadírsele la defensa psicológica de la racionalización, que permite al sujeto dar cuenta de por qué cierta persona con atributos superiores es merecedora de descalificaciones, mientras que otra lo es de adhesión incondicional (léase identificación con su grandeza real o imaginaria).

El proceso de la escisión tiene su origen en los sentimientos de dependencia del ser humano en su infancia. De los poderosos adultos que le rodean hay acciones que le gratifican y acciones que le frustran; las primeras generan amor, las segundas, odio. Una manera típica de liberarse de la tensión que esto le provoca es escindiendo las figuras significativas en "buenas" y "malas"; por ejemplo, en una "madre buena", objeto de veneración, y una "mala", objeto de rencor. El paso siguiente es el que llevan a cabo los mecanismos psicológicos del desplazamiento y la generalización a otras personas inconscientemente representativas de las figuras significativas de la infancia.

jueves, 20 de febrero de 2014

Confiar en sí mismo

Los valores morales surgen primordialmente en el individuo por influencia y en el seno de la familia, y son valores como el respeto, la tolerancia, la honestidad, la lealtad, el trabajo, la responsabilidad,   la confianza, etc. Definiremos confianza como una fortaleza emocional que empieza por cada uno, con el propio sentimiento de valor y propósito. A partir de esta elaboración de autoconfianza, en el entorno laboral se puede dar la construcción de relaciones de confianza. Los hombres no podríamos vivir en armonía si faltara la confianza, es decir, la seguridad firme que se tiene de una persona, por la relación de amistad o la labor que desempeña.
Los principios y valores se adquieren con el tiempo y el entorno que te rodea: los padres, la familia, los amigos, la escuela y hasta el sitio en donde vas creciendo y conociendo, las personas con las que frecuentas, etc. Siempre que realmente pongas de tú parte y utilices el tiempo para analizar los pros y los contras de las situaciones que se te presenten. Los principios y los valores son parte importante de la personalidad de cada quien, sin ellos tu vida sería un vehículo sin conductor.
La confianza es una hipótesis sobre la conducta futura del otro. Es una actitud que concierne el futuro, en la medida en que este futuro depende de la acción de un otro. Es una especie de apuesta que consiste en no inquietarse del no-control del otro y del tiempo.
La confianza es el fundamento de toda relación humana. Nadie puede caminar junto al otro sin tener la certeza de que puede confiar en él. Sin confianza es imposible avanzar y crecer. Cuando hablamos de confianza hablamos de transparencia. Para confiar en otra persona hace falta primero tener un conocimiento. Cuanto más se conoce, más confianza hay en una relación. Donde hay confianza se da una comunicación bonita y enriquecedora. En las relaciones es muy importante cuidar mucho la confianza. Ésta siempre se tiene que basar en la libertad. La confianza es necesaria especialmente en los matrimonios, en las familias y en las amistades sinceras. Muchos conflictos que se dan hoy entre padres e hijos son porque quizás muchos padres no han sido merecedores de la confianza de sus hijos y han perdido su credibilidad ante ellos.
Por desgracia, muchas veces se ha traicionado la confianza de alguien. Esto es muy grave porque quien ha sido defraudado tiende a desconfiar y se encierra en sí mismo. Por esto hemos de aprender a confiar en los demás y, al mismo tiempo, ser merecedores de confianza. La confianza señala la intensidad del vínculo entre dos personas. La verdadera confianza existe cuando hay madurez en las relaciones humanas. Implica estabilidad, respeto, amor. Todos necesitamos que alguien confíe en nosotros. Quien confía en otra persona la hace crecer y contribuye a su felicidad.

domingo, 2 de febrero de 2014

Excelente moraleja para tener en cuenta!!!

LA RANA SORDA...
Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.
Cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas.
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.
Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó y murió.
La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía caso seguir luchando.
Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo.
Cuando salió, las otras ranas le dijeron:"nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos".
La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.
Moraleja:
1. La palabra tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarlo y finalizar el día.
2. Una palabra destructiva dicha a alguien que se encuentre desanimado puede ser lo que lo acabe por destruir. Tengamos cuidado con lo que decimos.
3. Una persona especial es la que se da tiempo para animar a otros.
Una referencia relacionada:
En los Estados Unidos de Norteamérica, en la NASA , hay un poster muy lindo
de una abeja, el cual dice así:
"Aerodinámicamente, el cuerpo de una abeja no está hecho para volar; lo bueno es que la abeja no lo sabe"
¿Qué te parece si hacemos oídos sordos a las cosas negativas y comenzamos a animarnos todos para que este año 2014 sea mucho mejor para todos...?
Si te parece bien, súmate a la causa, nadie te va a felicitar, pero la satisfacción propia de hacer algo por los demás, es la mejor recompensa.
AUTOR ANONIMO

LA GENTA MAS FELIZ ES LA QUE HACE LO MEJOR CON LO QUE TIENE

 Un grupo de profesionales, todos triunfadores en sus respectivas carreras, se juntó para visitar a su antiguo profesor.
 Pronto la charla devino en quejas acerca del interminable '*stress*' que les producía el trabajo y la vida en general.
 El profesor les ofreció café, fue a la cocina y pronto regresó con una cafetera grande y una selección de tazas de lo más
ecléctica: de porcelana, plástico, vidrio, cristal - unas sencillas y baratas, otras decoradas, unas caras, otras realmente exquisitas...
Tranquilamente les dijo que escogieran una taza y se sirvieran un poco del café recién preparado. Cuando lo hubieron hecho,
el viejo maestro se aclaró la garganta y con mucha calma y paciencia se dirigió al grupo: 'Se habrán dado cuenta de que
todas las tazas que lucían bonitas se terminaron primero y quedaron pocas de las más sencillas y baratas; lo que es natural, ya que
cada quien prefiere lo mejor para sí mismo. Ésa es realmente la causa de muchos de sus problemas relativos al 'stress.' Continuó:
 - 'Les aseguro que la taza no le añadió calidad al café. En verdad la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos. Lo que ustedes
 querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores. Después se pusieron a mirar las tazas de los demás. Ahora
piensen en esto: La vida es el café. Los trabajos, el dinero, la posición social, etc. son meras tazas, que le dan forma y soporte a la
vida y el tipo de taza que tengamos no define ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos.
 A menudo, por concentrarnos sólo en la taza dejamos de disfrutar el café. ¡Disfruten su café! La gente más feliz no es la que tiene lo
mejor de todo sino la que hace lo mejor con lo que tiene; así pues, recuérdenlo:
 * Vivan de manera sencilla.
 * Tengan paz.
 * Amen y actúen generosamente.
 * Sean solidarios y solícitos
 * Hablen con amabilidad.

Y recuerden que: la persona más rica no es la que tiene más sino la que necesita menos
 *¡DISFRUTA TU CAFÉ!*
 
Aníbal H. LENTINI ITURRALDE