Creatividad, salud mental y psicopatología
Básicamente, la creatividad es un signo
de salud mental y bienestar emocional.
La creatividad puede ser también terapéutica en sí misma, como las terapias
basadas en el arte, la escritura o la
música, que nos ayudan a expresar emociones, procesarlas y superar
conflictos.
No obstante, al imaginar personas muy
creativas no es raro que venga a la mente la imagen del genio creativo loco o
excéntrico. Las personas altamente creativas muestran a veces rasgos que podrían
considerarse psicopatológicos, como una introversión que puede llegar a la
retirada social, depresión, episodios maníacos y
conductas antisociales. De
hecho, la creatividad suele ser más alta en personas en cuyas familias hay un
mayor grado de psicopatología de lo normal.
A pesar de esto, la creatividad no está
relacionada con la psicopatología. Por ejemplo, los artistas creativos, sobre
todo los poetas, son más susceptibles de padecer depresión pero no así los
científicos creativos. La mayoría de las personas creativas no padecen
psicopatología en mayor medida que el resto y cuando la padecen parece ser más
una consecuencia de su creatividad (por ejemplo, por padecer las críticas de los
demás), en vez de ser la creatividad una consecuencia de la
psicopatología.
Muchas personas creativas explotan sus
dificultades emocionales para lograr una mayor efectividad, sacando partido de
algo que podría ser una desventaja o impedimento, e incluso se ha llegado a
considerar la creatividad como una estrategia de afrontamiento para los problemas
emocionales, como el caso del poeta deprimido que recurre a la poesía
para expresar su dolor, transformándolo en algo creativo, que le ayuda a
entender lo que le sucede, o la vida, o el dolor en general, siendo un modo de
superación y crecimiento
personal.
Personalidad y creatividad
Las personas muy creativas tienden a ser
independientes, inconformistas, poco convencionales, suelen tener muchos
intereses, están más abiertos a las nuevas experiencias y más dispuestos a
asumir riesgos, y tienen una mayor flexibilidad cognitiva.
Sin embargo, existen variaciones en la
personalidad según
el tipo de idea o conducta creativa de que se trate. Por ejemplo, los
científicos creativos son muy diferentes de los artistas creativos. Los
científicos son más inteligentes, menos abiertos a las nuevas experiencias y más
convencionales, situándose en estos rasgos más o menos en un punto medio, entre
la población general y los artistas. Por el contrario, los artistas son más
sensibles que los científicos.
También hay variaciones según el
grado de creatividad, de manera que las personas que muestran creatividad en sus
vidas diarias (creatividad c) tienen personalidades más parecidas a las de la
probación general, mientras que aquellos que muestran obras creativas ganadoras
de premios (creatividad C) tienen perfiles de personalidad más diferentes.
Incluso los científicos altamente creativos tienen personalidades más parecidas
a las de los artistas creativos que a los científicos menos creativos.
fuente:
bttp.motivación.about.com/
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