1. Eres dueño de ti mismo
Este principio parte del punto de cómo podemos resolver los problemas sin 
perder nuestra dignidad. Tenemos derecho a elegir la opción de cómo 
resolverlos.
Nosotros decidimos como. Nadie puede obligarnos a hacer algo que nos coloque 
en una situación de desventaja.
Somos seres únicos y estamos en control de nuestros problemas y también de 
las soluciones de los mismos.
Recordemos que somos los autores, los directores y los protagonistas de 
nuestra propia película.
2. Confiamos en lo que creemos
Nadie nos conoce o entiende mejor que nosotros mismos.
Somos nuestros propios terapeutas, y no hay nadie en este mundo que pueda 
aconsejarnos mejor que nuestra propia intuición.
Hemos sido criados en una sociedad donde creemos que otras personas tales 
como guías espirituales, consejeros, doctores o amigos son los que deben darnos 
la respuesta de cómo resolver nuestros problemas.
Si bien es cierto que ellos pueden darnos cierta orientación en un preciso 
momento debemos recordar que las respuestas a nuestras problemas están dentro de 
nosotros y no en la mente de los demás.
No es permitido beber del pozo de la sabiduría humana para integrar esos 
conocimientos a los nuestros pero solo nosotros podemos decidir sobre como 
aplicarlos a nuestras propias situaciones.
3. Nuestros pensamientos nos dan poder
Nuestros pensamientos crean nuestras realidades.
Debemos controlar nuestros pensamientos y crear realidades que nos 
satisfagan.
Si te sientes vacío o insatisfecho con tu vida familiar, a nivel profesional 
y como ser humano en general, es porque no estás viviendo tu vida de acuerdo a 
tus metas.
Si quieres vivir una vida digna y plena de satisfacciones indaga en tu 
inconsciente.
Es similar a pelar una cebolla vas poco a poco quitando las capas hasta 
llegar al corazón de tus creencias, las cuales te darán el poder de vivir el 
tipo de vida con la cual te sentirás realizado.
Cambia tus creencias si es necesario, recuerda que tu sistema de creencias no 
las inventaste tú, son una herencia cultural y estás en el derecho de 
modificarlas de acuerdo a como piensas.
4. Vive tu realidad
Cuando construyas tus creencias propias y vivas tu propia realidad, vivirás 
una vida digna de ti y estarás muy orgulloso de ti mismo pues has encontrado tu 
verdadera identidad.
Cuando eramos pequeños muchas veces tratábamos de esconder nuestros 
sentimientos o nuestros deseos por temor de ser castigados.
Aprendimos a esconder nuestro yo verdadero para complacer a nuestros padres y 
ser amados por ellos.
Inconscientemente renunciamos a nuestro yo y al derecho de expresarnos 
libremente.
Debemos tomar control de ese derecho y expresar lo que sentimos.
Por supuesto que nuestros derechos tienen ciertos límites que los establecen 
los valores morales del ser humano pero podemos vivr con autenticidad tomando 
decisiones sin miedo ni temor a ser criticados.
El ignorar tu intuición te conduce a sentimientos de fracaso e 
insatisfacción. Descubre lo que te apasiona hacer y hazlo sin temor. Vivir tu 
verdad es la base de una vida digna.
5. Di no a los sentimientos de culpabilidad
Muchas son las personas que al tratar de vivir una vida basada en sus propias 
creencias y no en las creencias de su familia y de sus culturas se sienten 
culpables.
La única manera de eliminar la culpabilidad es no seguirle el juego. Una de 
las características del ser humano cuando se siente culpable es tratar de 
convencer a otros que piensen como ellos.
Nosotros no podemos cambiar el pensamiento o las creencias de nuestros 
padres, parejas o hijos. No tenemos control sobre eso.
Los demás solo cambiarán si ellos se deciden ha hacerlo. A la única persona 
que podemos cambiar es a la nuestra.
Por eso si decidimos hacer cambios radicales en nuestras vidas, otros podrán 
reaccionar a esos cambios pero no podrán cambiar nuestras opiniones. No somos 
menos importantes que los demás.
Si ellos tienen derecho a creer de cierta manera, nosotros también tenemos el 
mismo derecho sin sentirnos culpables.
6. Respetarnos a nosotros mismos
Debemos recordar que dentro de nuestra alma y nuestra intuición vive nuestro 
poder superior.
No nos podemos desconectar de esa realidad. Debemos respetar nuestro cuerpo y 
nuestros sentimientos a la misma vez.
Nuestra intuición es esa vocesita interna que constantemente nos habla al 
oído para comunicarnos información importante que muchas veces ignoramos.
La base del respeto propio es escuchar esa voz interna que nos dice que 
debemos honrar cada una de las partes de nuestro cuerpo y espíritu y vivir una 
vida digna.
Cuando nuestro cuerpo está cansado debemos darle descanso.
Muchísima gente cuida más de su trabajo, sus casa y su auto que de su propio 
cuerpo. Debemos cuidar primeramente nuestro yo físico y espiritual pues eso 
significa auto respetarnos y el auto respeto ayuda a confrontar todo tipo de 
temores y miedos a cambiar.
El auto respeto te ayuda a celebrar quien eres y a darle crédito a tus 
logros.
Recuerda, las personas te tratarán como tu permitas que te traten. Si quieres 
que otros te respeten debes comenzar por respetarte a ti mismo.
7. Perder el temor al cambio
La mayoría de las decisiones que toma el ser humano son basadas en los 
temores que experimenta.
Muchas veces no seguimos a nuestra intuición por temor a equivocarnos.
Algunas veces el temor lo usamos como un mecanismo de defensa para escudarnos 
en nuestras inseguridades y falta de confianza en nosotros mismos, sin darnos 
cuenta que el temor nos limita y no nos permite avanzar.
El secreto para confrontar el miedo es recordar que los regalos vienen atados 
por muchas cintas.
Tenemos que quitar esas cintas y desenvolverlos para disfrutarlos. Muchas 
veces el temor es lo que más limita nuestra voluntad y sofoca nuestro 
espíritu.
El miedo a dejar una relación abusiva, por no saber donde ir ni que hacer. El 
miedo a dejar un trabajo donde estamos siendo abusados por temor a buscar un 
nuevo trabajo.
El miedo de abrir un negocio por temor a fracasar, el miedo a estar solo o 
sola, nos obliga a quedarnos en una relación que no nos satisface.
Recuerda que el miedo te limita. El miedo ata tus manos y las posibilidades 
de vivir una vida digna de tus aptitudes.
Aprende a ser tu mismo, nunca pierdas tu dignidad; no te salgas de los 
límites que te degradan como ser humano, defiende tus derechos individuales, tus 
opiniones, tus ideales, no te de temor ni verguenza de expresarlos a otras 
personas por temor a la crítica.
Cree en ti mismo y alcanza lo que te propones, no te dejes vencer por 
palabras tales como “es imposible lograrlo” cámbialas por “es difícil pero si me 
empeño lo logro” .
Confía en tu intuición y apóyate en esa voz que te dice internamente que 
puedes lograr lo que te propones.