domingo, 18 de octubre de 2015

LAS DUDAS ( COMO MANEJARLAS)

Las dudas pueden aparecer a menudo cuando debemos tomar una decisión importante, tras haberla tomado o cuando estamos en una determinada situación (como una relación de pareja o un puesto de trabajo) y no tenemos claro si deseamos continuar o no.
Las dudas aparecen porque tenemos la capacidad para imaginar un futuro alternativo y diferente, pero no la capacidad para adivinar si ese futuro sería realmente mejor que el que tenemos.

Por tanto, cuando algo va mal y necesitamos hacer algún cambio pero no estamos seguros de si ese cambio nos hará sentir mejor o será un error pueden aparecer las dudas. Este miedo a cometer un error, tomar una mala decisión y acabar en una situación peor que la que nos encontramos, suele ser la causa principal de las dudas.
Las dudas pueden ser de diverso tipo:
1. Las relativas al pasado. Tal vez acabas de tomar una decisión pero no estás totalmente satisfecho con el resultado. Entonces puedes plantearte si no habría sido mejor elegir alguna de las otras alternativas que te planteaste y empiezas a darle vueltas dudando de lo que has hecho. Lo mejor que podemos hacer con estas dudas es abandonarlas lo antes posible, porque no tienen ningún sentido, pues que no podemos cambiar el pasado. Ya no importa si la decisión fue buena o mala, sino lo que vas a hacer a partir de ahora. Por ejemplo, si tras tomar una decisión descubres que el resultado no es tan bueno como esperabas, puedes pensar qué otros cambios puedes hacer para mejorarla, pero no tiene sentido perder el tiempo dando vueltas mentalmente a lo que podría haber pasado si te hubieras decantado por otra de las opciones posibles.

No sabes si habría sido mejor o peor y nunca lo sabrás, porque no puedes vivir varias vidas al mismo tiempo. Por tanto, saca esas dudas de tu mente y concéntrate en el presente, en lo que tienes ahora y cómo sacarle el mayor partido posible o cómo mejorarlo.
2. Las dudas antes de tomar una decisión. Aparecen cuando estás dudando entre varias posibilidades, sin acabar de decidirte.
Para resolverlas puedes recurrir al uso de estrategias de toma de decisiones y seguir unos pasos concretos que te ayudarán a resolver tus dudas.
3. Las dudas sobre si salir o no de una determinada situación. Puede que se trate de una relación de pareja, un trabajo, un lugar de residencia o cualquier otra situación con la que no estás del todo satisfecho y te preguntas si sería mejor dejarlo e intentar buscar algo nuevo o diferente. Es entonces cuando pueden aparecer dudas como: ¿Y si no encuentro un trabajo mejor? ¿Y si rompo esta relación y luego me siento solo? ¿Y si me voy de esta casa o ciudad y acabo en un lugar donde me siento peor?
Como ves, el miedo al futuro juego un papel importante; es el miedo a lo que nos encontraremos una vez dado el paso. El pesimismo y la sensación de falta de control sobre nuestras vidas juegan también un papel fundamental. Cuando eres optimista y cuando piensas que hagas lo que hagas y tomes la decisión que tomes, la vida puede traerte cosas buenas o cuando sientes que controlas tu vida y que si la vida no te está trayendo algo bueno puedes salir a buscarlo y construirte una vida mejor, entonces no tendrás tantas dudas.
Es decir, tu modo de pensar acerca de ti y de tu vida puede ser el último responsable de que tengas dudas continuamente. No es la situación en sí la que te hace dudar, sino el miedo, el pesimismo, la baja autoestima, la sensación de falta de control, la sensación de falta de capacidad. Y estos serían los problemas que tendrías que abordar en primer lugar.
Por ejemplo, puedes ser cierto que si rompes tu relación de pareja te sientas solo al principio o eches de menos ciertas cosas que compartías con tu pareja. Eso lo perderás, sin duda. Pero puedes ganar otras cosas diferentes. Depende de cómo decidas enfocar tu vida. Es decir, depende de ti en gran medida. Incluso si tomas una decisión aparentemente mala que te lleva a una situación dolorosa, no va a durar para siempre. Puedes seguir buscando, imaginando, persiguiendo metas, haciendo cambios, pensando nuevas posibilidades, de manera que lo que al principio parece ser una mala decisión, puede acabar trayendo algo muy bueno a tu vida, con tu esfuerzo y empeño.
Es decir, lo importante no es si tomamos buenas o malas decisiones, sino lo que hacemos con nuestra vida en cada momento, estemos donde estemos.  Cuanto más creas en tu capacidad para construir tu propia vida, más posibilidades tendrás de ser feliz, incluso con una vida llena de malas decisiones, porque la vida puede dar muchas vueltas y convertir lo malo en bueno y lo bueno en malo en cada recodo del camino.
Lo que importa es lo que podemos hacer nosotros en cada momento y lo dispuesto que estemos a hacer algo.

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