lunes, 10 de octubre de 2016

Autoestima




Puede definirse la autoestima como el sentimiento de aceptación y
aprecio hacia uno mismo, que va unido al sentimiento de competencia y
valía personal.

El concepto que tenemos de nosotros mismos no es algo heredado, sino
aprendido de nuestro alrededor, mediante la valoración que hacemos de
nuestro comportamiento y de la asimilación e interiorización de la
opinión de los demás respecto a nosotros.

La importancia de la autoestima radica en que nos impulsa a actuar, a
seguir adelante y nos motiva para perseguir nuestros objetivos.

Las personas con alta autoestima se caracterizan por lo siguiente:
•    Superan sus problemas o dificultades personales.
•    Afianzan su personalidad.
•    Favorecen su creatividad.
•    Son más independientes.
•    Tienen más facilidad a la hora de tener relaciones interpersonales.
Cuando tienes una autoestima alta, te sientes bien contigo mismo;
sientes que estás al mando de tu vida y eres flexible e ingenioso;
disfrutas con los desafíos que la vida te presenta; siempre estás
preparado para abordar la vida de frente; te sientes poderoso y
creativo, y sabes cómo "hacer que sucedan cosas" en tu vida.

Por el contrario, las personas con una baja autoestima:
•    Falta de credibilidad en sí mismo, inseguridad.
•    Atribuir a causas internas las dificultades, incrementando las
justificaciones personales.
•    Desciende el rendimiento.
•    No se alcanzan las metas propuestas.
•    Falta de habilidades sociales adecuadas para resolver situaciones
conflictivas (personas sumisas, o por el contrario, muy agresivas).
•    No se realizan críticas constructivas y positivas.
•    Sentimiento de culpabilidad.
•    Incremento de los temores y del rechazo social, y, por lo tanto,
inhibición para participar activamente en las situaciones.

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