lunes, 1 de febrero de 2016

¿Cuidas tu mundo interior?


 Cómo debemos saber,  el mundo a nuestro alrededor está tremendamente influenciado por nuestro mundo interior.
De hecho podríamos decir que el mundo a nuestro alrededor no es más que un puro reflejo de nuestro mundo interno.
Solemos creer que nuestra visión de la realidad depende de si somos optimistas o pesimistas, pero hay mucho más dentro de cada uno de nosotros que influye en nuestra percepción de la realidad y en nuestro comportamiento y actitud ante ella. De ahí la importancia de conocer y cuidar todo aquello que forma nuestro mundo interior.
Veamos algunos ejemplos de cómo puede ser visto el mundo exterior dependiendo de lo que haya en nuestro mundo interior.
Por ejemplo:
Si nos sentimos vulnerables o inseguros a la hora de conseguir un trabajo, o clientes para nuestro negocio, veremos el mundo exterior como un lugar difícil, exigente y complicado, donde hay mucha competición, donde se necesitan enchufes, donde hay escasez de posibilidades, etc.
Si por el contrario nos sentimos capaces de conseguir aquello que queramos, veremos el mundo como un lugar lleno de oportunidades y posibilidades.
Si tenemos la creencia de que las personas son malas por naturaleza y que si nos descuidamos nos la van a dar, veremos el mundo como un lugar inseguro donde hay que desconfiar de todos y de  todo.
Si por el contrario nuestra creencia es que las personas son buenas por naturaleza, veremos el mundo como un lugar agradable, seguro y pondremos confianza haya donde vayamos.
En ambos casos, dependiendo de nuestros sentimientos o nuestras creencias, el mundo exterior se transforma en un lugar diferente.
 ¿Qué es y qué forma nuestro mundo interior?
Nuestro mundo interior es quien somos, y está compuesto por:
La mente: que incluye los pensamientos y creencias sobre nosotros mismos, la sociedad, las relaciones, el trabajo, los amigos, etc
Las emociones: incluyendo todas y cada una de las emociones y sentimientos por los que pasamos a diario, en los que nos atascamos, los que nos gustan y los que no.
El espíritu: que incluye nuestros valores, talentos, sentido de plenitud, de vida.
El cuerpo: que incluye la parte más física: el descanso, las digestiones, su cuidado, etc, así como la sabiduría que éste contiene.

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