martes, 21 de abril de 2015

.LA GENEROSIDAD

Generosidad es: dar sin esperar nada a cambio; entregar la vida; volcarse a los demás; ayudar a los que nos necesitan; dar consuelo a los que sufren. Para nada resulta un valor pasado de moda, la generosidad es la puerta de la amistad, el cimiento del amor, la estrella de la sociedad.

Nosotros podemos ser generosos muy fácilmente. ¿Cómo?

Sonriendo a los demás siempre. Ofreciendo nuestra ayuda.  Poniéndonos en los zapatos del otro. 

Teniendo un pequeño detalle con nuestra familia: dejar que los demás elijan algo qué hacer… ir al cine, a una comida en el campo, o dejar que los demás escojan la película que se va a ver este fin de semana.

Ahora prestemos atención un momento, no hay que ser tacaños ni comodones con la generosidad. Hay mucha gente que podría consolarse con nuestra ayuda si hacemos un esfuerzo superior. ¿Cada cuánto tiempo vamos a visitar enfermos a un hospital? ¿Por qué no visitar a enfermos terminales? Sí, es duro, sí a veces es deprimente, y por supuesto que es más divertido salir a pasear que ir a un hospital público a ver gente que muy pronto se va a morir. 

¡Pues precisamente como nadie lo hace, es el momento de que alguien lo haga! Nadie nos va a dar un aplauso, o una medalla por hacerlo, pero vamos a volcarnos hacia los demás, el brillo no importa, lo que importa es que a pesar de nuestros defectos y miserias, podemos hacer una diferencia en la vida de alguien.

Ser generosos es parte de nuestra naturaleza y por eso no resulta una tarea dificultosa. Debemos entender que el Yo debe dejar un lugar a los demás, entregando lo que uno tiene. En silencio, sin reflectores, y es justamente ahí donde se encuentra la paz.
MANERA PERSONAL DE VIVIR LA GENEROCIDAD
1 Me esfuerzo por reconocer las necesidades reales de los demás.
(Se trata de hacer algo para otro cuando coincide con una necesidad real suya. Si no es asi, podemos terminar satisfaciendo caprichos o entregando lo que nos sobra).
2 Reconozco mis propios talentos (capacidades, cualidades, conocimientos) y los pongo al servicio de los demás.
(A veces tenemos capacidades o cualidades «escondidas» que nunca hemos aprovechado por no hacer un esfuerzo, por pereza, o por timidez, por ejemplo).
3 Reconozco lo que valen mis propias posesiones, mi tiempo, mi esfuerzo, etc.
(Hay muchas cosas que son nuestras y no las apreciamos debidamente. No les damos importancia porque nos hemos acostumbrado a ellas. Por ejemplo, nuestro hogar, o el dinero o nuestra fe. Otras personas carecen de ellas)
4 Realizo acciones buscando el auténtico bien de los demás con bastante frecuencia.
(A veces uno se siente generoso por haber hecho un esfuerzo especial en algún momento concreto. Sin embargo, la generosidad requiere que haya continuidad en las acciones, que se vayan repitiendo, que sean frecuentes).
5
Realizo las acciones siguientes con bastante frecuencia: prestar posesiones propias, regalar posesiones, estar disponible, escuchar a los demás, exigir a los demás razonablemente.
(Cada persona suele encontrar que le cuesta menos actuar a favor de los demás de unas maneras determinadas. En cambio le cuestan mucho más otros tipos de acción. Por ejemplo, a una persona no le cuesta dar dinero a una causa justa y, sin embargo, no está dispuesta a sacrificar el tiempo que dedica a alguna afición personal).
6
Permito a los demás realizar acciones en mi favor.
(Si somos autosuficientes o sencillamente impacientes es posible que no dejemos a los demás hacer cosas en nuestro favor y, con ello, les quitamos la posibilidad de ser generosos con nosotros).
7
Perdono.
(Es quizá la manera más difícil de ser generoso).
8
Hago esfuerzos para superar el cansancio, la enfermedad, la pereza con el fin de atender a los demás.
(Hay personas que están dispuestas a actuar en favor de los demás únicamente con tal de que hayan dormido bien, que se sientan descansadas y de buen humor. No viene mal pensar en qué momentos del día, o en qué circunstancias, uno tiende a ser más o menos generoso).

Fuente Consultada: La Educación de Virtudes Humanas y su Evaluación David Isaacs

No hay comentarios:

Publicar un comentario