martes, 9 de julio de 2013

EL VALOR DE LA HONESTIDAD



Con toda seguridad, una de las cualidades que más buscamos y exigimos de las personas es la honestidad. Este valor es indispensable para que las relaciones humanas se desenvuelvan en un ambiente de confianza y armonía, pues garantiza respaldo, seguridad y credibilidad en las personas.

No debemos olvidar que, los valores deben primero vivirse personalmente, antes de exigir que los demás cumplan con nuestras expectativas.

Recordemos que el valor de la honestidad:
Es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el prójimo, que junto a la justicia, exige en dar a cada quién lo que le es debido.

La persona que es honesta puede reconocerse por:
- Ser siempre sincero, en su comportamiento, palabras y afectos.
- Cumplir con sus compromisos y obligaciones al pie de la letra, sin trampas, engaños o retrasos
voluntarios.
- Evitar la murmuración y la crítica que afectan negativamente a las personalidad de los demás.
- Guardar discreción y seriedad ante las confidencias personales y secretos profesionales.
- Tener especial cuidado en el manejo de los bienes económicos y materiales.
Ser honesto exige coraje para decir siempre la verdad, y obrar en forma recta y clara.

PARA SER HONESTOS DEBEMOS TENER PRESENTE ESTOS MINIMOS REQUISITOS
:

a.- Conozcámonos a nosotros mismos.

b.- Expresemos sin temor alguno lo que sentimos ó pensamos.

c.- No perdamos nunca de vista la verdad.

d.- Cumplamos nuestras promesas.

e.- Luchemos por lo que queremos jugando limpio.
La persona honesta, por sí misma, es garantía de fidelidad, discreción, trabajo profesional y seguridad en el uso y manejo de los bienes materiales.

Por el comportamiento serio, correcto, justo, desinteresado y con espíritu de servicio que adquirimos mediante la honestidad, esta se convierte en uno de los valores más importantes para el perfeccionamiento de nuestra personalidad.

Cuando un ser humano es honesto se comporta de manera transparente con sus semejantes, es decir no oculta nada, y esto le da tranquilidad.

Quien es honesto no toma nada ajeno, ni espiritual ni material: es una persona honrada.

Cuando se está entre personas honestas cualquier proyecto humano se puede realizar, y la confianza colectiva se transforma en una fuerza de gran valor.

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