lunes, 21 de noviembre de 2016

LA ALEGRIA ES CONTAGIOSA

     

El otro día estaba es un restaurant con mi familia y en la mesa del
lado había un grupo de personas celebrando algo. Se notaba que lo
estaban pasando increíble, se reían a carcajada limpia, gesticulaban
harto  y sus rostros permanecían con una sonrisa de oreja a oreja todo
el rato. Era casi imposible no fijarse en ellos y no contagiarse de su
alegría.Partimos nuestro almuerzo con una base de felicidad, entregada
y regalada por el entorno. El sólo hecho de sintonizar con ellos hizo
que se generara algo positivo en nosotros, como una especie de
predisposición a pasarlo bien, un estado basal dispuesto a disfrutar,
a estar contentos y a tomarse la vida con humor.Creo que la alegría se
contagia, se expande y engancha a los que quieran tomarla. Eso es
vital: los que quieran tomarla! Basta con poner la atención en los
eventos donde ella se manifiesta, basta con querer aceptarla, para que
entre en tu vida y te llene de la manera más simple y profunda. Puede
parecer un detalle pero estoy segura que no lo es.Quién no se ha
llenado de amor al ver el rostro sonriente de un ser amado, quien no
se ha llenado de dicha al ver que alguien alcanza una meta buscada con
pasión, quien no se ha quedado sin palabras contemplando la
naturaleza.Sin embargo creo que así de fácil entra también lo
negativo, el miedo, el rencor, la violencia. Llevamos nuestra atención
ahí, nos fijamos en eso, le dedicamos tiempo y concentración y ya
está, ya enganchamos y muchas veces quedamos atrapados y no sabemos
cómo salir. Eso también es contagioso. ¿Cuántas horas al día nos
preocupamos de cosas y nos fijamos en eventos que no son
constructivos, que son violentos, agresivos y poco amorosos?¿Qué
quieres que se te contagie? Tú decides en qué fijarte y donde llevar
tu atención, pues eso entrará en tu vida. fuente:
www.womenhealth.taconera.net

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