martes, 6 de diciembre de 2016

AMAR LA VIDA




Un profesor fue invitado a dar una conferencia en una base militar, y
en el aeropuerto lo recibió un soldado llamado Ralph. Mientras se
encaminaban a recoger el equipaje, Ralph se separó del visitante en
tres ocasiones: primero para ayudar a una anciana con su maleta; luego
para cargar a dos pequeños a fin de que pudieran ver a Santa Claus, y
después para orientar a una persona. Cada vez regresaba con una
sonrisa en el rostro.
“¿Dónde aprendió a comportarse así?”, le preguntó el profesor. “En la
guerra”, contestó Ralph.
Entonces le contó su experiencia en Vietnam. Allá su misión había sido
limpiar campos minados.
Durante ese tiempo había visto cómo varios amigos suyos, uno tras
otro, encontraban una muerte prematura.
“Me acostumbré a vivir un paso a la vez”, explicó.
“Nunca sabía si el siguiente iba a ser el último; por eso tenía que
sacar el mayor provecho posible del momento que transcurría entre
alzar un pie y volver a apoyarlo en el suelo. Me parecía que cada paso
era toda una vida”.
Nadie puede saber lo que habrá de suceder mañana. Qué triste sería el
mundo si lo supiéramos. Toda la emoción de vivir se perdería, nuestra
vida sería como una película que ya vimos. Ninguna sorpresa, ninguna
emoción. Pienso que lo que se requiere es ver la vida como lo que es:
una gran aventura.
Al final, no importará quién ha acumulado más riqueza ni quién ha
llegado más lejos. Lo único que importará es quién lo disfrutó más.
Ama más quien más ha servido, porque aprecia su vida y la de los
demás.
fuente: www.reflexiones.com

1 comentario:

  1. Carmen Morales García8 de diciembre de 2016, 1:13

    La vida es una aventura prodigiosa, desde cualquier ángulo que se mire, andamos tan aprisa que muchas veces no nos percatamos de cuanto hemos recibido, de cuantas personas hemos encontrado y nos han endulzado la existencia, nunca es tarde para reflexionar y asimilar estas enseñanzas. Gracias infinitas

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