miércoles, 27 de abril de 2016

¿Cuidas tu mundo interior?


Cómo vemos el mundo a nuestro alrededor está tremendamente influenciado por nuestro mundo interior.
De hecho podríamos decir que el mundo a nuestro alrededor no es más que un puro reflejo de nuestro mundo interno.
Solemos creer que nuestra visión de la realidad depende de si somos optimistas o pesimistas, pero hay mucho más dentro de cada uno de nosotros que influye en nuestra percepción de la realidad y en nuestro comportamiento y actitud ante ella. De ahí la importancia de conocer y cuidar todo aquello que forma nuestro mundo interior.
Veamos algunos ejemplos de cómo puede ser visto el mundo exterior dependiendo de lo que haya en nuestro mundo interior.
Por ejemplo:
Si nos sentimos vulnerables o inseguros a la hora de conseguir un trabajo, o clientes para nuestro negocio, veremos el mundo exterior como un lugar difícil, exigente y complicado, donde hay mucha competición, donde se necesitan enchufes, donde hay escasez de posibilidades, etc.
Si por el contrario nos sentimos capaces de conseguir aquello que queramos, veremos el mundo como un lugar lleno de oportunidades y posibilidades.
Si tenemos la creencia de que las personas son malas por naturaleza y que si nos descuidamos nos la van a dar, veremos el mundo como un lugar inseguro donde hay que desconfiar de todos y de  todo.
Si por el contrario nuestra creencia es que las personas son buenas por naturaleza, veremos el mundo como un lugar agradable, seguro y pondremos confianza haya donde vayamos.
En ambos casos, dependiendo de nuestros sentimientos o nuestras creencias, el mundo exterior se transforma en un lugar diferente.
 

¿Qué es y qué forma nuestro mundo interior?

Nuestro mundo interior es quien somos, y está compuesto por:
La mente: que incluye los pensamientos y creencias sobre nosotros mismos, la sociedad, las relaciones, el trabajo, los amigos, etc
Las emociones: incluyendo todas y cada una de las emociones y sentimientos por los que pasamos a diario, en los que nos atascamos, los que nos gustan y los que no.
El espíritu: que incluye nuestros valores, talentos, sentido de plenitud, de vida.
El cuerpo: que incluye la parte más física: el descanso, las digestiones, su cuidado, etc, así como la sabiduría que éste contiene.
 

¿Cómo podemos cuidar nuestro mundo interior?

Mediante la consciencia de todos los elementos:
para poder cuidar de nuestro mundo interior primero debemos traer consciencia a lo que hay dentro de él y aprender a reconocerlo.
Tómatelo como si alguien te regalara una planta y tienes que investigar que tipo de planta es, de dónde viene, cuál son sus costumbres, para así poder cuidarla y darle lo que necesita para que siga creciendo.
Ser conscientes de quién somos, nuestros valores , por qué estamos aquí, nuestros pensamientos, nuestras creencias y su influencia en nuestra forma de actuar, nuestras emociones, nuestro cuerpo… es el primer paso para cuidar nuestro mundo interior.
En este primer paso no se trata de cambiar nada sino únicamente de mirar hacia dentro, con amor y aceptación, y dejarnos ver qué es lo que hay, mediante la reflexión personal o el trabajo con un profesional.
Mediante el equilibrio de estos elementos:
cada uno de los elementos que forman nuestro mundo interior es importante para el buen funcionamiento de éste.
Imaginad un mundo exterior donde sólo hubiese agua y un poco de aire. O sólo tierra y nada de agua. En ambos casos nos sería muy difícil vivir en esas condiciones.
Con los elementos de nuestro mundo interior pasa exactamente igual, cada uno es imprescindible y necesitamos que estén bien cuidados. Cuidar el cuerpo está muy bien, pero si es lo único que hacemos y nos olvidamos de vivir de acuerdo a nuestros valores, o de abrirnos a sentir nuestras emociones, nuestro mundo interior se volverá inestable.
Es importante que encontremos la forma de cuidar cada elemento por separado ya que entre ellos están unidos y la falta de atención a uno, inevitablemente afectará a los otros.
Mediante el intercambio con el exterior:
nuestro mundo no es un mundo aislado sino que está en constante contacto con otros mundos a los que aporta y de los que recibe. Este intercambio ha de ser consciente y equilibrado para que exista bienestar dentro de nuestro interior.
 

Recuerda:

El estado de tu mundo interior son las lentes a través de las que miras hacia fuera:

– Si tu mundo interior es equilibrado, rico y compasivo, así verás el mundo a tu alrededor

http//jorgebianchi.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario