sábado, 30 de abril de 2016

LA CURIOSIDAD


La curiosidad, junto a la búsqueda de novedad y la apertura a la experiencia, representa el deseo humano de adquirir conocimiento y vivir experiencias. Lo opuesto a la curiosidad es el aburrimiento (que, a su vez, está asociado a ansiedad y depresión), el desinterés y el hastío.
La curiosidad puede manifestarse en cualquier momento en nuestras vidas diarias, desde la atenta lectura de un determinado email, hasta observar a un gorrión cazar insectos en el aire o dedicar un rato a mirar una fotografía peculiar
Todas las personas sienten curiosidad, pero se diferencian entre ellas en el alcance e intensidad de dicha curiosidad y en su disposición a experimentar aquello por lo que sienten curiosidad.
El proceso suele ser el siguiente: primero te encuentras con algo que llama tu atención y despierta tu curiosidad (como un gorrión haciendo una extraña pirueta en el aire). El siguiente paso consiste en actuar (salir a tu jardín para observar con más detalle ese gorrión y descubrir qué está haciendo y por qué). Si el gorrión no despierta tu curiosidad ni siquiera llegarás a salir al jardín, pero si sientes curiosidad, tal vez averigües que esas piruetas extrañas significan que está cazando insectos. Este conocimiento puede fomentar aún más tu curiosidad y hacer que decidas ampliar tus conocimientos acerca de estos pequeños e inteligentes pájaros, y puede que hasta te conviertas en un experto o incluso tal vez decidas que quieres estudiar una carrera relacionada con el mundo animal.
Por este motivo, la curiosidad y la búsqueda de novedad están relacionadas, puesto que cuanto mayor sea tu disposición a buscar cosas nuevas, más probabilidades tendrás de encontrar aquello que suscite tu curiosidad y enriquezca tu vida y tu personalidad.
No obstante, la persona curiosa encuentra cosas que le interesan prácticamente en cualquier parte y es capaz de hacer que una tarea que, en principio, parece aburrida se convierta en interesante, porque ve cosas que otros no ven y le llaman la atención fenómenos que otros ni siquiera perciben.
La apertura a la experiencia es una dimensión de orden mayor de la personalidad que implica una receptividad a fantasías, sentimientos, ideas y valores nuevos. Si estás más dispuesto a aceptar lo nuevo, tanto dentro de ti como fuera, serás más curioso porque estarás expuesto a más estímulos que puedan despertar tu curiosidad. Las personas más abiertas a la experiencia tienen más sensibilidades imaginativas, artísticas y no convencionales. Sin embargo, la apertura a la experiencia es más bien una predisposición psicológica y no necesariamente va acompañada de acción o experimentación.
 
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